En Casa - Primera Parte

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-Quiero dormir en la habitación que era tuya, mami- le pido con los ojos más tiernos que tengo

Tío Hiyori dice que soy muy manipuladora, pero eso no es cierto. . .ni siquiera sé que es eso de manipuladora, a lo mejor significa que soy muy, pero muy tierna, si es así entonces supongo que sí lo soy.

-Bien, es una buena habitación

Nos tomó cerca de cuarenta y cinco minutos bajar los escalones, tomar un taxi, volver al hotel en el que estábamos hospedados, reunir todas nuestras cosas, cancelar la cuenta, conseguir un nuevo transporte y luego trasladarlo todo hasta mi casa con varios descansos de promedio; un esfuerzo algo desmedido si tomamos en cuenta que Yuki no puede cargar muchas cosas y que a veces me toca a mí cargarla a ella también, pero no podía dejarla sola ni un solo instante y gracias al desafortunado accidente que mi celular sufrió al rodar por varios tramos de la escalera, no tenía forma de comunicarme con ninguno de mis amigos para pedir ayuda.

Está completamente destrozado, pero bueno, ya era hora de que consiguiera uno nuevo.

Solo espero que Ikuya no alerte a toda la policía aquí en Iwatobi solo porque no respondo alguna de sus ocasionales llamadas, aunque sería muy mala suerte que me contactara justamente hoy que tiene una especie de cita especial con Hiyori en el centro de la ciudad, pero nunca se sabe cuándo puede dejar salir su instinto súper protector; de todas maneras, creo que debo contactarme lo más pronto que pueda para avisarle, por si acaso.

Me decido a salir en busca de un teléfono público, cuando el sonido de alguien abriendo la puerta de entrada me alarma.

¿En serio? No puede ser que después de tanto tiempo estando completamente deshabitada, un ladrón aparezca precisamente cuando yo me encuentro aquí con mi pequeña ¿Por qué me negué a acompañar a Hiyori a esas clases de combate personal? Si salgo vivo de esta, juro que tomaré unos buenos cursos. Tomando aire para tratar de tranquilizarme, me aferro a la escoba y me obligo a enfrentarme a quien quiera que haya invadido mi hogar, pero con tan mala puntería que golpeo a la nada, y menos mal que es así, porque hubiera noqueado a mi mejor amigo; de mas está decir que al verlo me quedé congelado:

-¡Makoto! ¡pero qué rayos!

-¡Haru, no me asustes así!- se queja, pero como se atreve. . .

-¿Yo? ¿Cómo se te ocurre a ti entrar, así como así, en una casa que no es tuya? Creí que eras un ladrón o algo- espeto molesto por el susto que me ha hecho pasar y me doy cuenta que se ruboriza avergonzado tal y como hacia cuando éramos niños, eso me desarma al instante -¿Qué te hizo venir hasta aquí?

-Fue mi madre, me llamó por teléfono hace un buen rato- respondo aun recordando la breve llamada telefónica que sostuve con ella cuando estaba caminando totalmente desanimado por la playa, no es normal oírla alterada pero esta vez lo estaba -Dijo que había visto a alguien muy parecido a ti rondando por el barrio y que se encaminaba a esta casa; me parece que se emocionó con la posibilidad de que hubieras regresado y me pidió que volviera lo más rápido posible para revisar. Yo no le mencioné en ningún momento que estabas aquí, pero igual te reconoció. . .en cuanto me colgó me imaginé que tenías que ser tú, aunque no entiendo por qué viniste hasta este lugar

-¿Tu madre me vio?

¡Demonios! Recién me doy cuenta de que esta un fue la idea más brillante que se me pudo ocurrir; si Makoto y yo pasamos tanto tiempo juntos fue gracias a la cercanía de nuestros hogares y nuestras familias, recuerdo que su madre siempre me tuvo mucho cariño y era recíproco, por supuesto, pero mi decisión de alejarme también estaba basada en ellos y en lo que me dirían si se enteraban que estaba esperando un hijo de mi amigo. . .esto no es bueno. . .no se suponía que me encontrara con ellos durante mi estancia.

-Sí- francamente no me parece tan importante, pero él se ve alterado con la noticia ¿acaso no quería ver a mi familia por el momento? Mejor no pregunto, algo me dice que la respuesta no va a gustarme –Espera un poco por favor, primero que nada: ¿Qué hacen aquí todas estas maletas, Haru? No me digas que las trajiste tu solo

-No sabía que te estabas quedando en la casa de tus padres- susurro antes de golpearme mentalmente, bien hecho Nanase, ¿Dónde más se hubiera estado quedando si su familia está en Iwatobi? Usa el cerebro –Solo quería mostrarle a Yuki la casa y decidimos quedarnos aquí

El silencio cayó sobre ambos personajes mientras el pelinegro se esforzaba con todo lo que tenía para no terminar sonrojado, pero ver la sonrisa tan sincera en el rostro del castaño se lo estaba haciendo muy difícil ¿y cómo culparlo?

El más alto estaba gratamente sorprendido con la noticia recién recibida, iba a tenerlo más cerca de lo que había creído y pensar eso lo hacia sonreír con ganas. . .

-Mami, ¿puedo usar este peluche de orca para dormir?- escucho la voz de mi pequeña desde el piso superior preguntarme con total inocencia. . .creo que la dejé sola mucho tiempo pues al parecer dio con mi caja de objetos especiales, afortunadamente no necesito pensar en una respuesta porque al instante la veo bajar a toda velocidad por las escaleras -¡Tío Makoto! ¡Estás aquí!- grita más que contenta

-Yuki-chan, hola. Pero que peluche más bonito tienes ahí, debe ser sumamente especial- saludo a la pequeña pelinegra con una clara doble intención en mis palabras, una que ella no es capaz de captar, pero su madre sí; a veces pienso que puedo ser un poco travieso, como en esta ocasión por ejemplo, después de todo mi hija trae en sus manos el regalo que le di a Haru en nuestro segundo aniversario, fue un intercambio de peluches que representaban aquellos animales con los que nos identificábamos. . .un día especial

Veo complacido como un tenue sonrojo aparece en el rostro de mi amado y me siento aún más feliz que antes, no puedo creer que en serio lo guardara después de todo este tiempo, no porque yo no lo hiciera; mi delfín se encuentra sano y salvo en casa, el caso es que siempre me imaginé que él me odiaba lo suficiente tras nuestra separación como para deshacerse de todas esas cosas que habíamos compartido.

-¿Verdad que sí? Lo encontré en una caja que estaba llena de rosas secas, trozos de papel de color verde y azul escritos por ambos lados, y una caja con forma de corazón que

-¡Yuki! ¿Qué te he dicho de revisar cosas que no son tuyas?- para este momento estoy seguro que mi cara está más roja que un tomate, no puedo creer que le esté diciendo todas estas cosas a él ¡por qué a mí!

-Tu madre tiene razón, Yuki-chan- dice tomando a mi pequeña en brazos y mirándola con dulzura y seriedad al mismo tiempo –Debes respetar las cosas de otros, después de todo todas esas cosas deben ser muy valiosas para que Haru las guardara con tanto cuidado, ¿no lo crees? Así que también debemos ser cuidadosos para no dañarlas por accidente ¿entiendes?

-Sí, tío Makoto

-Me parece que Yuki ya aprendió su lección Haru-chan- habla dirigiéndose a mí esta vez, su voz suena inocente como siempre, pero por alguna razón un temor me invade por completo, en especial cuando entreabre sus ojos en una mirada que conozco demasiado bien –Ahora, ¿Qué te parece si vamos arriba? Yo también quiero ver esa caja; te prometemos ser extra cuidadosos

Errores (MakoHaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora