Capítulo 10

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Vi a esa niña tirada en el suelo de la playa y solo pensé en cogerla y llevármela a mi casa pero no podía hacer eso, me da cosa de que su padre me diga que no pero esta es una situación de emergencia así que decidí decírselo.

– señor coge a su hija, y vente conmigo en el coche y la llevamos al hospital por favor.

El señor no me contesto pero si me hizo caso nos fuimos en mi coche y nos montamos y nos fuimos rápidamente aún Hospital que estaba bien cerca me daba igual si me reconocieran o no lo importante, ahora es la salud de esa niña.

Cuando llegamos al hospital aparqué en urgencia en medio donde pone todas las ambulancias, y su padre la saco inmediatamente del coche para que ayudara. Y rápidamente vino los médicos y una camilla y se la llevaron rápidamente para adentro.

— Esto tiene que ser una pesadilla Dios mío todo esto es mi culpa, es mi culpa por a verla tratado así.
Dice poniéndose las manos en la cara.

– Tranquilo por favor seguro que se va a poner bien dije poniendo una mano en su hombro para tranquilizarle.

— Como voy a estar tranquilo, si mi hija está allí adentro y no sé si va a vivir.

– Yo...yo sé que no te puedo dar muchos consejos por que te acabo de conocer y no sé vuestra situación actualmente, pero tú hija cuando me la encontré destrozada, llorando en la arena. Me contó parte de lo que pasó pero...

— Discutimos... eso pasó me reclamo yo le reclame, no llegue a pegarle nunca le he pegado por que la quiero muchísimo y ponerle encima una mano, no soy así. Solo no me hizo caso de que se fuera a su habitación y pues....

– No tiene por que contármelo no me conoces de nada. Pero su hija me recuerda mucho a mi cuando mi padre se casó con otra mujer, y dejó a mi madre.

Y señor lo siento muchísimo por lo que estás pasando, pero mi consejo es si su hija se comporta así, es por que algo no está haciendo bien.

— ¿Cómo que?
Dije mirándola.

– Pasar más tiempo con su nueva mujer. Por lo que me ha contado hace nada falleció alguien muy especial, esta bien que rehaga su vida pero piense en su hija señor.

Digo levantándome del asiento donde estaba sentada.

— Tienes razón, pero no me casé por gusto me casé por que dejé a esa mujer embarazada, y tuve que hacerme cargo de ese bebé.

– No me tienes que dar explicaciones, señor no soy conocida para usted ni para su hija como una amiga.

Y creo que debería irme ya. Toma mi número de teléfono, y en cuanto sepa algo me escribe por favor su hija es muy especial.

Dije dándole el número.

— Gracias, por favor llámame de tú me llamo Fernando.

No dije nada solo sonreí, y me fui de ese hospital que posiblemente había cambiado una vida de esa persona o posiblemente ¿La Mía?

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