Capítulo 23

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Estuve toda la tarde en el hospital acompañándola, después vino su abuela y le pedí por favor Fernando que nos fuéramos a la cafetería a tomarnos aunque sea un café, necesitaba hablar con él, y por que no me ha contactado antes. Cuando llegamos a la cafetería pedimos un descafeinado de sobre, los dos, y algo para merendar, bueno "merendar" era casi las ocho y media de la tarde, pero para nosotros era como la merienda en sin.

— ¿Como te ha ido todo? — le pregunto.

— se puede decir que bien, aunque con la enfermedad que tiene Claudia es complicado trabajar, algunas veces la tengo que dejar sola con una enfermera, que aparte tengo que pagarle por que es aparte, es muy complicado todo esto.

— ¿Por qué te la has traído a México? Si en España puede hacer trasplante ¿no?

— No están Fácil como tú crees Malú — Dije serio— estamos en lista de espera por si nos llama de España solo que en España es más complicado y aquí también, por que allí hay muchas personas y muchos niños que está sufriendo lo mismo que mi hija, nace con problemas de corazón, le puede poner un catéter que es que te lo pones o en la muñeca o en tus partes íntimas o incluso, corazón abierto si es más graves. Mi hija tiene un catéter que tiene que pasar la sangre por ahí y más allá. En el caso de mi hija es un poco más complicado, le pusieron hace unos años un catéter pero, si no te cuidas si no haces bien lo que te manda no te dura ni un año. Hemos estado siempre pendiente de la salud de mi hija, solo que al casarme con esa pareja que tuve anteriormente la alteraba mucho, hacía lo que le daba la gana bebía, fumaba, comía cosas que no debía comer que está totalmente prohibido para ella. Y ella lo sabe perfectamente, pero se puede decir que todo esto es mi culpa, me casé con una persona que no quería a mi hija y solo me quería por mi dinero y ni siquiera estaba embarazada, por que a mitad del embarazo "perdió al niño".

—A pasado mucho tiempo desde que nos vimos la última vez y fue una situación bastante difícil como esta. — le dije mirando hacia el café removiéndolo para un lado y para el otro.

— Si es verdad y me alegra a verme encontrado contigo de nuevo, y que ayudes a mi hija a salir de esta situación, de verdad muchas gracias.

No le dije nada solo le miré con una media sonrisa.

— ¿Y a ti que tal te va?

— Bien estoy de promoción aquí en Mexico y después tendré el concierto aquí que ya lo estamos cerrando así que aún me queda bastante tiempo para quedarme aquí.

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