Capítulo 54

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Después de dar una de las palabras más difíciles de mi vida, me quedé dormida en la cama, al día siguiente me desperté y tenía varias llamadas de Albert y algunos mensajes. Me levante de la cama con cuidado y cogí las muletas, para ir a la cocina, y poder hacerme algo de desayunar, algo sencillo por que no tenía muchas ganas de comer ahora mismo. Mi timbre suena y intento ir a ver quién puede ser pero me lo puedo imaginar y abro la puerta para que entre. Enseguida abro mi puerta para que él entre, lo espero en el sofá sentada me está empezando a dolor un poco, en cuanto entra al salón se acerca a mi y me da un beso en los labios.

— ¿Cómo estas? — le digo cogiéndole la mano.

— se puede decir que bien... — Digo agachando la mirada —

— No me vayas a llorar corazón.. — le digo acercándome a ella y abrazándola.

No me dice nada y se abraza a mi escondiéndose en mi cuello.  Le acaricio su brazo suave y le doy un beso en la mejilla, cojo su mano y la entrelazo.

— Que sueño me está entrando. — Digo aún escondida en su cuello.

— ¿Has dejado algo puesto en la cocina? Huele a quemado.

— ¡Las tostadas! — Dije separándome de él enseguida.

— Voy yo quédate aquí ¿Vale?

Veo cómo se levanta y deja su móvil en la mesa y veo un mensaje de su ex mujer, intento leerlo pero no me da tiempo, soy muy celosa con mis parejas, pero con él soy aún más.

— Creo que te a hablado tu ex..— Digo seria.

Coge su móvil y ve el mensaje y enseguida lo coge y le contesta, deja su móvil de nuevo en la mesa, y me mira.

— ¿Y esa cara de seria?

— La que tengo siempre.

— ¿Estas celosa?

— No no estoy celosa.

— Si lo estás, si lo estás — Dije burlándome de ella, me acerco a ella y le beso los labios. —hablo con ella solo para cosa de la niña cariño no te preocupes.

— Vale...— Dije poco convencida.

— ¿Nos vamos a mi casa?

— Si, me visto y nos vamos, ¿Me ayudas?

Nos fuimos a mi habitación y me ayudó a no hacerme daños en el tobillo, pero sobre todo aprovecharme un poco de él. Me tenía agarrada para que no me callara al suelo, y me hiciera aún más daño en el pie. Me quite la camisa del pijama delante de él, sabía que lo estaba provocando perfectamente, así que me aproveche un poco más y le empecé a dar varios besos por el cuello hasta llegar a sus labios, mi mano pasa por su espalda deslizando mi mano hacia abajo, apoyo mi frente junto a él, y beso sus labios de nuevo. Quería volverlo loco así que seguí con los besos por el cuello que se que tanto le gusta a él, y le excita completamente.
— ¿No...— suspira — podemos espera a llegar a mi casa?
Dice con la inspiración agitada, sus manos pasaron a mi trasero apretando hacia su cuerpo.

— ¿Y si no quiero? — Dije susurrando en sus labios.

— Lo respetaría completamente.

Besa de nuevo mis labios y sin querer estábamos en la cama entregándonos sin pensar en nada más que en nosotros.

Mi historia comienza aquí.. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora