Capítulo 2

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Antes de que los chicos regresen a sus toallas, Carmen decide volver a casa. Es su primer día de playa, no se ha puesto crema protectora y teme quemarse por el sol. De camino a su apartamento, recibe una llamada de su amiga Ela.

—¿Cómo está mi amiga favorita?

—Estupendamente. De regreso a casa, después de un rato en la playa.

—¿Y por qué no me has avisado?

—Porque soy muy joven para morir. ¿Querrías que te hubiera despertado a las 10 de la mañana?

—Tienes razón, te habría asesinado, y muy lentamente. Anoche cerré el pub un poco antes, no había mucho ambiente. Pero aun así, ya sabes que no me acuesto antes de las  4 de la madrugada.

—Lo sé. Por eso no te he llamado.

—¿Has ido sola?

—Sí. Y, ¿a que no sabes qué? ¡He ligado!

—Lo dices como si fuera algo extraordinario, reina. Soy testigo de las pasiones que despiertas en los hombres.

—Pero me ha dado su teléfono.

—¿¡Qué!? ¿Mi fiel amiga quiere cometer adulterio?

—No voy a cometer adulterio, Ela.

—¿Ah no? Entonces, ¿por qué me lo cuentas con tanto entusiasmo?

—Porque es un chico muy guapo, muy simpático y ¡está cañón! Resulta que hemos ido juntos a clase durante el último curso, y dice que se enamoró de mí en cuanto me vio. Me ha dado su teléfono y me ha dicho que le llame cuando quiera para tomar algo. ¡Es tan mono! Y dice que intentó acercarse a mí en la fiesta de navidades que organizaron los de cuarto curso. Aquella de la que el soso de mi ex se quiso marchar porque se aburría...

—¡Un momento! ¿¡Has dicho el soso de tu ex!? —pregunta Ela extrañada.

—Ah sí, es que se me ha olvidado decírtelo. Hemos roto.

—¡Por fin! ¡Ya era hora! Me preguntaba cuánto tiempo más querrías aguantar a ese engreído y aburrido personaje.

—¿Qué pasa? ¿Que ahora todo el mundo se alegra de que haya roto con Miguel?

—Hacíais una pareja horrible, Carmen. Era todo lo contrario a ti y todo el mundo pensábamos que era por eso de que los polos opuestos se atraen.  Pero, bueno, ¿qué ha pasado? ¿Le has dejado tú, te ha dejado él? ¡Cuenta, cuenta! O mejor, haz una cosa, vente a mi casa, te invito a desayunar y me das todos los detalles en persona. ¡Ah! Y también quiero los detalles de ese chico enamorado de mi amiga. ¡Date prisa, te espero!

—Está bien, voy para allá.

Cuando Carmen llega a casa de su amiga Manuela —a la que todos conocían por el nombre de Ela—, la está esperando con un suculento desayuno. De inmediato empieza a contarle cómo ha sido la última conversación que ha mantenido con Miguel y cómo ha terminado su relación.

—¡Que se vaya a la mierda! —exclama Ela —:Ese tío no te merece. Y si te quisiera, debería  apoyarte, en lugar de forzarte a hacer con tu vida algo que no quieres, con tal de estar con él. 

—Pues sí, eso pienso yo también.

—Pero bueno, ahora cuéntame lo del chico enamorado, que seguro que es mucho más interesante que tu ex.

—La verdad es que sí lo es, o al menos lo parece. La forma en la que me ha entrado y ha confesado su enamoramiento me ha sorprendido.

—Claro, y también te ha encantado, ¿a que sí?

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora