Capítulo 12

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—Creo que no lleva muy bien que su novia se vaya a trabajar a París —continúa diciéndole Frank a Carmen —:Supongo que los celos son los que le provocan el mal carácter.

—Es actriz, ¿no? 

—Sí. Ahora creo que se iba a rodar una película allí. Supongo que no tiene que ser fácil asumir que tu pareja se besa con otros.

—Ya, imagino —Carmen se pone colorada de pronto, al revivir el beso espontáneo que le dio a Marc aquella mañana. Todavía no entiende muy bien por qué lo hizo y se siente tremendamente culpable. ¡Besó a Marc! ¡Besó al novio de otra chica! Tenía que borrar esa imagen de su cabeza, como fuera.  

—Aunque creo que ella también tiene motivos para estar celosa —añade Frank.

—¿Por qué dices eso? —pregunta Carmen nerviosa.

—Porque sé el éxito que tiene Marc con las mujeres y, siendo profesor, imagino que llevará locas a sus alumnas. Y a algún alumno también. Tú lo sabrás bien.

—¿Yo? ¿Por qué yo? Yo no...

—No digo que tú seas una de esas alumnas. Creo que ya es evidente que entre vosotros no existe ninguna química, pero seguro que habrás notado si alguna compañera ha intentado ligar con él.

—Ah, bueno, sí... Hay una compañera que ya se ha insinuado alguna vez.

—Y estoy seguro de que Marc le ha seguido el juego. Desde que está con Ágatha se ha relajado un poco, pero te puedo asegurar que no había noche que no acabara con una chica diferente en la cama —Frank está jugando bien sus cartas. Es perfectamente consciente de que Marc se siente atraído por Carmen, y sospecha que a ella le pasa algo parecido, así que su intención no es otra que darle una mala imagen de su amigo para intentar influir en los sentimientos de la chica.

Mientras, Ángel le enseña a Marc los regalos que ha recibido.

—¡Me encanta este! —exclama Marc al ver el portarretratos —:Me parece muy original y auténtico. 

—Es el de Ela —dice Ángel con orgullo.

—Se nota que lo ha hecho alguien muy especial —dice Marc guiñándole un ojo a la chica.

—Así es. En realidad es el regalo mío y de Carmen, lo ha hecho ella casi todo. Tiene mucho talento y creatividad. 

—Ah —dice Marc un poco cortado.

—Sí, aunque tú te niegues a admitirlo, mi amiga es muy especial —añade Ela con sarcasmo.

—Yo no me niego a admitirlo.

—Entonces, ¿lo admites? ¿Crees que Carmen es especial? —le pregunta Ángel.

—Admito que es rara. Y punto.

—Pues parece que Frank sí que reconoce que es especial... —dice Ela señalando con la mirada al lugar donde Carmen y Frank charlan relajadamente.

Los tres se giran en esa dirección y en ese momento, las miradas de Carmen y Marc se cruzan.

—¿¡Qué hace él aquí!? —pregunta Carmen poniéndose de pie.

—¿Quién? ¿Marc?

—Lo siento, tengo que irme —dice Carmen, dándole su vaso a Frank y dirigiéndose con paso acelerado hacia la puerta.

—Espera, Carmen, ¿qué pasa? —Frank se levanta y sale tras ella. Pero Carmen se aleja a toda prisa, bordeando la piscina, con tan mala suerte que, en ese instante, uno de los invitados decide empujar a otro al agua, llevándose con él a la chica, que cae también a la piscina. 

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora