Capítulo 23

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Al día siguiente, Carmen se presenta a la entrevista de trabajo mucho menos nerviosa de lo que imaginaba. Está prácticamente convencida de que no va a pasar la prueba y eso le hace estar más tranquila. De momento, siente cierto alivio de tener una excusa para no ir esa mañana a la academia y así poder evitar encontrarse con Marc, algo en lo que le aterra pensar. Quiere seguir asistiendo a las clases, pero todavía no está dispuesta a afrontar la situación de tener que verlo durante toda la mañana. Aunque está disfrutando mucho con el taller, saber que termina en breve, también ha conseguido aliviarla. A partir de entonces, posiblemente pueda evitar el contacto con él, excepto en las ocasiones ineludibles provocadas por la relación de Ela con Ángel. 

Pero, de momento, va a centrarse en la entrevista y dejar que pase lo que tenga que pasar. A las 10 en punto, un chico muy alto, algo más mayor que ella, le está esperando en la sala de reuniones para hacerle la entrevista. Es un chico muy agradable que desde el primer momento la hace sentir muy cómoda. La trata con mucha confianza y sospecha que Miguel ha tenido algo que ver en la actitud que le muestra Martín.

Al cabo de unos minutos, muchos menos de los que esperaba, el joven despide a Carmen diciéndole que ha sido un placer conocerla y que en un par de días contactará de nuevo con ella para informarle sobre su decisión.

La mañana pasa muy rápida y mientras se prepara la comida, recibe una llamada de Marc que prefiere no contestar. Después de un nuevo intento que tampoco obtiene respuesta, Marc le escribe un mensaje:

Marc: Sólo quiero saber que estás bien y que no has abandonado el taller.

Tras pensarlo unos instantes, Carmen decide contestar:

Carmen: Estoy bien y no he abandonado el taller.

Marc: Te puedo preguntar por qué no has venido hoy a clase?

Carmen: Tenía una entrevista de trabajo

Marc: Eso significa que has cambiado de idea respecto a seguir adelante con tu proyecto?

Carmen: No, eso significa que he ido a una entrevista de trabajo

Marc: Podemos hablar? Sólo un momento. Estoy preocupado por ti

Carmen: Por qué? No te preocupes, ya te he dicho que estoy bien

Marc: Por favor...

Tras ese último mensaje, Marc vuelve a marcar el número de Carmen y esta vez ella contesta.

—Dime —dice Carmen intentando mostrar un tono cordial.

—¿De qué era la entrevista? 

—Para el departamento financiero, en un banco.

—¿En un banco? —pregunta Marc sorprendido —:¿No dijiste que no querías trabajar en un banco?

—Sí, eso dije. Pero no creo que me contraten. He ido porque... Bueno, no sé, por probar. No perdía nada por ir.

—O quizás sí. ¿Te has parado a pensar en la posibilidad de que te escojan?

—No, todavía no. Si me eligen, ya pensaré. Creo que es el orden más adecuado de hacer las cosas. Ya me he precipitado otras veces y sé lo que es pensar primero para luego no ser la elegida.

Carmen ha dicho esa frase sin darse cuenta de que, a pesar de que se refería únicamente a cuestiones laborales, da pie a que se interprete con un doble sentido, como si se estuviera refiriendo a su relación con Marc. Pero, en el breve silencio que se produce, le da tiempo a pensar en esa posibilidad y de inmediato intenta añadir algo para aclarar sus palabras:

—Quiero decir que, en otras ocasiones, me he ilusionado demasiado pronto para nada y sé lo que se siente, por eso prefiero ser prudente. Es decir, en otras entrevistas y eso... Ya me entiendes.

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora