Capítulo 17

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—Este fin de semana, ¡no trabajamos! —le anuncia Ela a su amiga el jueves por la noche.

—¿Y eso? ¿Vas a cerrar? —pregunta Carmen sorprendida.

—No. Nos lo tomamos libre tú y yo. Dejaré a Iván al cargo y vendrá con dos amigas suyas, de confianza. Creo que necesitas unas mini vacaciones para despejarte.

—No necesito vacaciones, Ela. Estar ocupada es lo que me despeja y...

—Un amigo me deja un chalet monísimo en la montaña, con vistas al mar y con una piscina de esas de película —la interrumpe Ela —:Vamos a pasar un fin de semana de amigas, como no hacemos desde hace mucho tiempo. Tomaremos el sol, hablaremos, nos bañaremos, nos reiremos y ¡nos olvidaremos del mundo!

—¿Y tú por qué quieres ahora olvidarte del mundo? No creo que lo que más te apetezca sea pasar un fin de semana de amigas, sino de novio... ¿Por qué no vas con Ángel?

—Porque quiero ir contigo. Te conozco, Carmen, y sé que llevas un lío mental en tu cabeza que, con las clases, el trabajo y algunas cosas que sé que no me quieres contar, no puedes aclarar. Te apetece, ¿no?

—Sí, pero...

—¡Pues no se hable más! 

Al día siguiente, mientras Ela y Carmen preparan sus maletas, Ángel y Marc hablan por teléfono.

—¿¡Ha abortado!? —exclama Ángel cuando su amigo le da la noticia.

—Eso me ha dicho. Dice que ha sido de forma natural, pero no sé si creerla.

—¿Por qué? Esas cosas pasan, Marc.

—Lo sé, pero ha sido todo tan... rápido.

—Entonces, ¿crees que lo ha hecho ella? ¿Por qué? ¿Lo habíais hablado?

—Cuando me dijo lo del embarazo, yo le pregunté si estaba segura de que quería seguir adelante. Yo estaba dispuesto a asumir mi responsabilidad, por supuesto, pero le di mi opinión, Ángel, y no sé si se lo tomó como que no quería hacerme cargo.

—A ver, Marc, le dijiste que no pensabas que era el mejor momento para ninguno de los dos tener un hijo ahora, ¿no?

—Sí. Le dije lo que pensaba; que llevamos muy poco tiempo saliendo juntos, que los dos somos muy jóvenes, que estamos muy centrados en el trabajo...

—Es lo más lógico, no creo que hayas dicho ninguna mentira ni que eso se pueda interpretar como que no querías hacerte cargo del bebé.

—Ya, pero también le dije que si quería seguir adelante, yo también quería, pero que si no quería tener al bebé, la acompañaría. Por eso pienso que quizás haya ido a abortar y no haya sido algo natural...

—Bueno, Marc, la decisión final en estos temas siempre la tienen ellas... Y si ha decidido abortar, no creo que haya sido porque pensara que tú no ibas a estar a su lado. No te sientas culpable.

Marc aguarda en silencio, asimilando las palabras de su amigo que, unos segundos después continua hablando:

—Además, si te ha dicho que ha sido de forma natural, no veo motivos para que no debas creerla. Antes incluso te diría que desconfiaras de que realmente llegó a estar embarazada.

—No sé, Ángel, la verdad es que no sé qué pensar.

—Deberías pensar menos y sentir más, como dice siempre Ela. Por cierto, ¿qué haces este fin de semana?

—Pues, no tengo planes, porque me dijo Ágatha que igual venía, pero dice que no ha encontrado vuelo hasta el domingo por la noche.

—¡Perfecto! Pues nos vamos tú y yo a pasar el fin de semana juntos. Así cambias de aires y desconectas un poco. Ela se va con Carmen y paso de quedarme en casa pensando en ella como un tonto enamorado.

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora