Una nueva oportunidad

Capítulo 21

Marc suspira profundamente y cierra los ojos. Le gustaría decirle que no quiere que Ágatha sea un obstáculo entre ellos, pero ahora mismo lo es. Tener a Carmen tan cerca y no poder tocarla le está volviendo loco. Sus palabras se repiten en su cabeza una y otra vez. Acaba de confesarle que también querría besarle, que también le gustaría detener el tiempo y que no llegara mañana, y eso le provoca una inmensa alegría. Pero es una alegría que se ve aplacada por la imagen de Ágatha. Y en ese momento, toma una decisión. Al día siguiente, cuando Ágatha regrese, le dirá que tienen que terminar, que lo suyo no tiene futuro, que no la quiere, pues la sola idea de pensar que puede perder a Carmen, le provoca un angustioso vértigo.

Gira su cabeza, observa la silueta de Carmen y empuja su deseo con la determinación de apartar lo que se interpone entre ellos. Podría intentar volver a acercarse a ella, prometiéndole que mañana estará libre, pero sospecha que Carmen no aceptará sus insinuaciones mientras tenga pareja. Marc cree que, demostrarle que es capaz de esperar a terminar con su anterior relación antes de empezar algo con ella, Carmen se lo tomará como una muestra de su honradez, de que es una persona en la que puede confiar. 

Observando cómo su cuerpo se mueve al ritmo de su respiración, decide acercarse un poco más para susurrarle al oído:

—Quiero que sepas que para mí, sólo existes tú, Carmen. He tomado una decisión y voy a hacer que nadie se interponga entre nosotros. Sólo te pido que confíes en mí. Buenas noches.

Un incómodo aunque esperanzador silencio se instala entre ellos. A pesar de que a ambos les cuesta conciliar el sueño, de hecho, a penas duermen en toda la noche, no vuelven a decirse nada más. No saben en qué momento el cansancio y el sueño les vence y consiguen dormir un rato. La primera en despertar es Carmen, cuando está empezando a amanecer. 

Parece que la tormenta ha pasado y las primeras luces del alba anuncian un cielo despejado. Carmen mira el rostro de Marc mientras duerme y sonríe con ternura. Recuerda sus últimas palabras con total claridad y la emoción que le provocaron se instala de nuevo en su pecho. Ha decidido que va a confiar en él pues no tiene fuerzas para hacer otra cosa. Entiende que Marc va a romper con su novia y, aunque no quiere hacer planes, sí que piensa que después de eso, podrán besarse sin complejos, sin cargos de conciencia, sin sentirse culpables.

Se levanta y consulta en el móvil el estado de las carreteras. Al comprobar que ya han sido abiertas, solicita un taxi a través de la aplicación, luego recoge sus cosas y sale a la puerta a esperarlo. Le resulta muy complicado afrontar la jornada en compañía de Marc, después de todo lo sucedido la pasada noche. Una mezcla de nerviosismo y excitación la convencen de que escabullirse antes de que él despierte es la opción más adecuada.

Pero, antes de irse, busca un papel y un boli para dejarle la siguiente nota:

"Ha sido un viaje extraño e inesperado, pero también intenso y emocionante. Me gustaría continuarlo, pero depende de ti. Nos vemos el lunes. Carmen".

Cuando Marc se despierta y no encuentra a Carmen a su lado siente una gran desolación, que se incrementa cuando se da cuenta de que se ha ido. No sabe cómo interpretar su marcha hasta que encuentra su nota y se queda más tranquilo, lo que también le hace estar más seguro de la decisión que ha tomado. 

Sabe que no va a ser fácil romper con Ágatha, más aun después de la interrupción de su embarazo. Quizás no sea el mejor momento, pero está convencido de que su relación no tiene ningún futuro y seguir con ella sería engañarla, incluso sería un engaño peor que haberle sido infiel con otra mujer. Sólo espera que Ágatha regrese pronto y pueda aclararlo todo con ella, para poder darse una oportunidad con Carmen.

Al cabo de un rato, Marc se prepara para regresar a casa y pasa el domingo con una intensa inquietud, que se le hace más pesada cuando recibe un mensaje de Ágatha para decirle que llegará en avión a la mañana siguiente.