Capítulo 24

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—No sé si debo aceptar, Martín. Todavía no tengo claro que quiera el puesto  y no me parece honrado aceptar esa escapada si cabe la posibilidad de que no trabaje en el banco. Sería aprovecharme...

—No dudo de tu honradez —la  vuelve a interrumpir Martín —:Y por eso mismo te ofrezco esta escapada. Creo que te va a ayudar a aclarar las ideas. Voy a hacer la reserva. En un rato, te mando la dirección por WhatsApp y el domingo volvemos a hablar. ¿De acuerdo?

Tras unos minutos más de "debate", Carmen acaba por aceptar la propuesta de Martín y se va a su casa sin dejar de sentir esa sensación que la acompañaba en el camino de ida. Sentía que había dejado de controlar su vida y que otros se estaban encargando de manejar los hilos. Por un lado, eso le proporcionaba cierta comodidad, pues llevaba un tiempo en el que le parecía que se movía por una cuerda floja y el vértigo había empezado a resultarle incómodo. 

Cuando llega a casa, se prepara algo de comer aunque es incapaz de probar bocado. Se sienta en el sofá, conecta la televisión y empieza a pasar canales mientras su mente sigue distraída en sus pensamientos. A mitad de tarde, recibe un mensaje de Martín, diciéndole que tiene la reserva hecha y que puede instalarse esa misma noche. Le envía la ubicación y el número de la reserva. 

A continuación, llama a su amiga Ela para contarle las últimas novedades:

—¿Y vas a ir? —le pregunta Ela sorprendida.

—Sí, creo que Martín tiene razón, necesito aclarar mis ideas.

—¿Tus ideas respecto a qué? ¿Al trabajo? ¿O a Marc?

—Sobre Marc no tengo nada que aclarar, Ela, aunque es cierto que me vendrá bien un tiempo alejada de él. Al final no voy a poder acabar el curso, termina esta semana. No pude ir ni ayer ni hoy, y tampoco lo haré mañana ni pasado. Me da mucha rabia no poder acabarlo pero hay que aceptar las cosas tal y como vienen.

—Entonces, ¿vas a aceptar ese trabajo? 

—No lo sé todavía. Es un buen puesto, los compañeros son muy agradables y el jefe también parece muy majo. Quizás sea una gran oportunidad para mí...

—¿Y tu proyecto de negocio? Tenías muy claro lo que querías hacer, ¿qué te ha hecho cambiar de opinión?

—Las circunstancias... —responde Carmen tras pensar un instante —:Es como si el universo no parara de mandarme señales para que no desvíe mi camino. Desde que terminé mi relación con Miguel mi vida se ha complicado y...

—¡Un momento! ¿No estarás pensando en volver con él, verdad? Porque no creo que tu vida se haya complicado, Carmen, ¡creo que has empezado a vivir! ¿Me vas a negar que has vivido más emociones este último mes que en los cuatro años de relación con Miguel?

—No, eso no te lo puedo negar. Pero, mírame, ¡estoy perdida! He vivido muchas emociones, sí, pero lo único que he conseguido es complicarme la vida, Ela. Puede que antes fuera infeliz, pero al menos estaba en calma.

—Creo que estás de bajón por todo el tema de Marc y eso puede hacer que tomes una decisión equivocada...

—Eso es lo que quiero evitar precisamente, Ela. Mira, tengo que reconocer que toda la historia con Marc me ha trastocado un poco, pero lo ha hecho desde el principio, desde el momento en que le conocí. Creo que no he podido pensar con claridad en ningún momento. Han sido muchas emociones juntas y en muy poco tiempo. Además, este extraño estado de excitación en el que he estado, quizás haya provocado que me haya ilusionado con un proyecto de futuro que no es excesivamente sólido. La opinión de Marc, quien además ha sido mi profesor en el taller, también me animó mucho. La verdad es que creyera en mi proyecto me hizo tener más valor.

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora