—Estás exagerado.
HongJoong trataba de mirar directo hacia los ojos del Caballero, pero era bastante difícil. No sólo por la diferencia de altura entre ambos, sino también debido a que el alto poseía una mirada siniestra y oscura, digna de un verdadero Caballero sin corazón que no dudaría en cortarle la cabeza a cualquier enemigo que amenazara al Príncipe Choi, lo que... Lo hacía encogerse. Quería creer que sólo se trataba de puro entrenamiento de años que llevaba Song como Caballero, y claro, debía ser muy bueno en ello porque no cualquier persona la dejarían a cargo de la seguridad personal del mismísimo Príncipe de un Reino tan grande como lo era el Reino Choi.
—¿Exagerando? ¿Necesitas que te recite lo que dejaste escrito en tu estúpida notita? — MinGi frunció el ceño —. “Fue tan fácil llevármela de aquí, y no pudiste hacer nada. ¿Quién es el mejor, eh?”.
HongJoong se echó a reír, porque al parecer MinGi se había aprendido a la perfección y de memoria la nota que había dejado para él cuando mandó a sus Caballeros a secuestrar a MoonByun en su propia casa. Se imaginaba el rencor que le tenía Song por lo que había hecho, y más encima dejarlo con el sentimiento de impotencia atascado en su pecho.
—¿Qué ganas con hacer esto?
—Fastidiarte — HongJoong pensaba que la respuesta era tan simple como esa.
—¿Llevándote a la chica que adoro? Mierda, tú realmente estás mal de la cabeza.
Ahora era HongJoong el que había fruncido el ceño y había abierto ligeramente su boca ante la ofensa que acababa de escuchar. Aunque además de ser una ofensa, era en parte un halago. Y no era la primera vez que le decían eso, mayormente se había sentido muy halagado por eso y ni le había afectado. Pero ahora era otro caso, porque no era cualquier persona, era ese odioso Caballero que había estado rondando en su mente en los últimos días más de lo que a HongJoong le gustaría.
—¿Disculpa?
—Estás enfermo.
—¡No sabes de lo que hablas!
MinGi suspiró, no estaba ahí para discutir con un niño. Él ya había pasado por esa etapa de la impulsividad y sabía que no sacaba nada bueno por ser impulsivo, claramente. Lo mejor sería hacerle creer al niño que tenía el control y tratar de sacarlo de su camino de una buena vez por todas. Haría lo que fuera para que JongHo y HongJoong no se terminaran casando, lo cual creía imposible de todos modos, pero debía tomar cartas en el asunto, por si acaso.
—¿Qué quieres a cambio de devolverme a MoonByun?
—¿Q-Qué?
HongJoong no había creído que fuera tan fácil, pero... Si fuera sincero consigo mismo, no sabía exactamente qué hacer ahora.
Sabía aprovechar una buena oportunidad cuando la veía y sacar provecho de la situaciones o personas, también sabía que un buen plan o oportunidad se sacaba sobre la marcha, más que planearlo arduamente por horas, días, etcétera. Por eso había mandado a secuestrar a la novia de Song apenas tuvo oportunidad indicada de hacerlo -o sea, el mismo día que se enteró de la existencia de la chica. Le convenía tener en la palma de su mano al Caballero personasl del Príncipe Choi para lo que sea que necesitase, pero... HongJoong no esperaba que todo fuera tan sencillo. Esperaba, como mínimo, que tuvieran que discutir un poco más que ahora o que alguno de ellos dos saliera lastimado a causa de un golpe. Pero Song se lo estaba dejando más fácil de lo que había llegado a pensar.
—¿Y? No tengo todo el día.
¿Tanto así Song estaba enamorado de su novia? Eso hacía que HongJoong casi se sintiera envidioso de la chica. Casi. Porque él no estaba celoso de eso... Él... Sólo deseaba poder tener un novio como Song, que diera todo de sí sin importarle lo que pudiera pasarle a él mismo, con tal y que HongJoong estuviera a salvo.
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Royalty [YunJong] (YunHoxJongHo) ATEEZ
SonstigesAunque JongHo pretende ser el Príncipe perfecto a los ojos del Reino entero, los empleados del Castillo y sus padres, los Reyes, sabe que está lejos de serlo. Por ende, al ser de la realeza, debe ser perfecto, con cada pelo de su rubio cabello peina...