Las melancólica música que soltaba al aire el gran y elegante piano negro hacía que el instructor del pequeño Príncipe asintiera desde su lugar, sentado, viendo al Rubio tocar con delicadeza cada tecla del instrumento sin ni siquiera mirar las partituras frente a él, como si ya conociera de memoria la pieza.
—Proyecte esas notas al aire, Príncipe Choi, con tanto sentimiento como pueda.
Lo que ese instructor no sabía era que JongHo sí estaba tocando con todo el sentimiento y pesar de su alma. Sonata Pathetique Mvt 2 era perfecta para expresar todo lo que sentía por dentro, dejando salir toda esa tristeza que llevaba acumulada desde hace un poco más de una semana. Creía que si ponía un pedazo de su alma tocando esa pieza, su dolor se iría y podría continuar con su vida tal y como venía haciéndolo, pero no funcionaba. Esa pieza sólo hacía que sus deseos por hundirse en si cómoda almohada a llorar por horas aumentara. Pero no iba a llorar ahora, no, sería totalmente patético e inapropiado que comenzara a llorar de la nada en su clase de piano. Por Dios, sería una vergüenza total.
—Eso es. Creo que finalizamos por hoy, su Majestad, es evidente que ha estado practicando. Para la siguiente clase quiero que practiquemos To Zanarkand.
JongHo no detuvo sus dedos en las teclas cuando el instructor recogía sus cosas para retirarse, dejó fluir sus sentimientos volviendo a tocar la pieza con dedicación en cada nota. No fue hasta que YeoSang lo tomó de uno de sus hombros para que se detuviera, haciendo que finalmente JongHo abriera sus ojos, estos estaban llenos de lágrimas que no tardaron en bajar a medida que cada nota era tocada para los espectadores con pasión y tristeza.
—Joven Choi, temo que es hora de que levantarse. Su tercer pretendiente llegará dentro de una hora y usted debe estar listo.
Sí, eso era otra cosa. Ya habían llegado algunos pretendientes en las últimos días, pero ninguno de ellos hizo que JongHo pudiera interesarse un poco siquiera en ellos. No pudieron arrancarle el fuerte pesar que llevaba en su pecho desde su última salida/escapada lejos del Castillo y el Reino. No había querido salir otra vez porque sabía que no encontraría a la razón de su tristeza, lamentablemente, y no se le apetecía complacer sus hormonas estando con sus ánimos por los suelos. De todos modos y menos mal que sus hormonas de adolescente no lo fastidiaban tanto en ese sentido como antes, ahora sólo estaba sentimental y sentía que quería llorar por todo.
Sinceramente, JongHo no sabía cuál de esas dos facetas era peor que la otra. Pero decidió que odiaba el amor.
—No quiero visitas hoy — murmuró JongHo y inclinó hacia abajo su cabeza —. Dile a SeongHwa que cancele la cita de hoy con la Princesa Park, otro día será.
—Mira, JongHo, no puedes deprimirte el resto de tu vida por algo que te sucedió. No sé qué fue porque SeongHwa me dijo que él no era el indicado para contarme, y tú tampoco haz querido hablar de ello, pero sin importar qué tanto te haya marcado o no, debes seguir adelante con tu vida. ¿Quién sabe? A lo mejor esto de las visitas de los Príncipes y Princesas pretendientes te sirva de algo para levantarte el ánimo. Sólo pon de tu parte un poco, ¿quieres? Ahora, dicho esto, lo espero en su habitación para su baño, Joven Choi, recuerde que las sales y las burbujas no durarán para siempre ahí.
Tal vez YeoSang tenía razón, si lograba fingir como antes, podría llegar a pasar que olvidase -aunque sea por un momento- toda su desgracia por estar más ocupado fingiendo. Brillante. Era un espléndida idea, YeoSang era un genio y un gran consejero.
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La Princesa Park no era como las demás Princesas que JongHo había conocido. Era genuina, transparente, decía que era una cosa, y realmente lo era. No era egocéntrica, que fuera Princesa no afectaba su comportamiento y no se creía más que otras personas por tener la sangre Real por sus venas. Tal vez, si JongHo no hubiera salido ese día que conoció a YunHo en el Reino Kim, SooYoung me gustaría, era una buena chica. Y pensar en ello sólo hacía que una tortuosa culpa se instalará en el pecho de JongHo por estar usando a la muchacha de la familia Real para quitarse a alguien de la cabeza.
—Señorita Park, ha sido todo un honor esta tarde que hemos pasado juntos. Su compañia ha sido un deleite para mí, pero me temo que llegó el momento en el que debemos despedirnos.
—Joven Choi, gracias a usted, fue una tarde maravillosa.
Antes de que SooYoung subiera a la camioneta que la transportaría de regreso a su Reino, JongHo sacó con delicadeza el guante de la mano derecha de la chica, para dejar un leve beso en ella y luego devolverle el guante a la Princesa, algo sonrojada por las acciones tan atentas del Príncipe.
Cuando la joven en la camioneta y los guardias que la seguían en otras camionetas fueron alejándose de la vista de JongHo, él dejó de sonreír, por fin, y regresó a su habitación. Estaba agotado por el día que había tenido que soportar, pero por suerte, lo único que le quedaba era la cena con sus padres, luego podría quedarse el resto de la noche en su cuarto sin tener que fingir delante de alguien más.
—SeongHwa, diablos, ¡dame tregua tú también! — JongHo gruñó al entrar a su habitación y encontrarse con el Caballero.
—Sólo venía a decirte que mañana tienes otra cita planeada por tus padres — SeongHwa no levantó su mirada de los archivos que leía sentado en la silla giratoria que le pertenecía a JongHo.
—¿Otra? P-Pero... Hoy ya tuve una cita, se supone que tengo mi descanso ahora.
—Yo no lo decidí, y lo sabes. Si tienes quejas respecto a esto, puedes ir y hablarle a tus padres en la cena. Pero creo que vas a querer escuchar esto...
—¿Qué? — ladró.
—¿A qué no sabes qué Príncipe de que Reino es el que viene para mañana?
—Ya déjate de juegos, Hwa, dime de una vez o vete.
—Calmado. Es el Príncipe del Reino Kim, creo que el nombre te sonará, ¿no?
—¿K-Kim?
El Rubio no podía creerlo, el Reino Kim, el Reino vecino al que JongHo siempre solía escaparse a vivir otra vida más real que la que vivía en su propio Reino. Ese mismo Reino donde había conocido a YunHo, el chico que le salvó una posible violación y muerte, porque sus padres iban a matarlo si eso hubiera llegado a pasar por la vergüenza que causaría al Reino y por perder su virginidad antes de casarse. ¡Ese mismo Reino, ese Príncipe de ese Reino vendría mañana! Y considerando que YunHo había dicho que era uno de los mejores Caballeros del Reino, seguramente vendría junto al Príncipe Kim para proporcionarle seguridad, o JongHo podría tener suerte y estaría la posibilidad de que YunHo fuera el Caballero Personal de Príncipe.
—Y no sólo eso tengo para decirte. A partir de mañana, MinGi tomará oficialmente el título de Caballero Personal tuyo.
—¿Tan rápido?
—Más bien tardó. Se supone que el día que anunciaron tus iniciación debía comenzar su trabajo, pero como hiciste una pataleta, los Reyes dejaron que el trabajo de Song se atrasara un poco más. Ahora ve a bañarte, ¿si? Apestas.
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Royalty [YunJong] (YunHoxJongHo) ATEEZ
De TodoAunque JongHo pretende ser el Príncipe perfecto a los ojos del Reino entero, los empleados del Castillo y sus padres, los Reyes, sabe que está lejos de serlo. Por ende, al ser de la realeza, debe ser perfecto, con cada pelo de su rubio cabello peina...