—¡Ya lo sé! — YunHo volvió a estornudar —, pero eso no quiere decir que me acostumbre a estas cosas.
—¿Vas a decir lo mismo cuando tengan su fiesta de compromiso?
—Claro que sí, y no sólo está eso — cerró sus ojos —, está la boda de WooYoung y San, luego la boda de HongJoong y MinGi, nuestra boda, y un largo etcétera.
—Te acostumbrás con el tiempo — SeongHwa se encogió de hombros —. Era tedioso al principio acompañar a JongHo a todos esos eventos, pero con los meses fue natural.
YunHo no quería decir algo como que no era feliz, por supuesto que era feliz. Luego de anunciar el compromiso con JongHo, había tenido que ir a vivir al Castillo Choi, claramente, y esos meses que había estado ahí no habían sido ni eran una pesadilla. Despertar todos los dias con el sereno rostro de JongHo a su lado no era malo, era adorable, pero si no hubiese tantos eventos a los que tenian que asistir, YunHo no se quejaría tanto.
Lo mejor era calmarse un poco, era la coronación de JongHo, era un evento sumamente importante, pues finalmente dejaría de ser un Príncipe y se convertiría en Rey. JongHo contaba con él para darle apoyo, él más que nadie sabía lo nervioso que estaba JongHo por la coronación, así que debería poner de su parte y dejar la mala cara, debía mantenerse sereno para su prometido.
—Listo — YeoSang acabó, sonriendo como si se tratase de una obra de arte —. Hermoso. Ahora, YunHo, ve a darle algo de felicidad a JongHo, debe estar temblando de los nervios.
Tal y como YeoSang afirmaba, JongHo sentía un nudo en la garganta, se sentía tremendamente nervioso y recitaba una y otra vez entre murmuros el discurso que debía decir. Lo más complicado de eso era que debía hablar en latín, como los antiguos Príncipes, por lo que no era sencillo, hablar en coreano lo enredaba con el latín y algunas palabras se le olvidaban, y al no recordar una palabra se desesperaba completamente. Volvía a leer el pergamino de arriba a abajo, grabandose todo lo que pudiera. No es que no hubiera estudiado el pergamino - lo había hecho al menos cien veces -, pero los nervios hacían que olvidara todo.
—Bebé, cálmate, deja de caminar en círculos.
—¡Yunnie! — JongHo se lanzó a los brazos del alto, no le importaba que ya lo hubieran arreglado, quería mimitos en ese momento para sentirse mejor y dejar de sentirse tan precionado.
—Está bien, rubia, estoy aquí — YunHo complació al pequeño, dando algunas caricias al cabello del menor —. Ya pasó. Vamos, tú puedes, creo en ti.
YunHo separó su cuerpo del contrario para tomar una de las manos del rubio, con suavidad y delicadeza, dejo un beso en los nudillos de JongHo, provocando que este se sonrojara un poco, su cuerpo se puso más relajado y sentía que los malos pensamientos se disipaban poco a poco de su cabeza.
Se sentia más confiado ahora. Era algo que siempre sucedía cuando YunHo le daba alguna muestra de cariño, así fuera un simple sonrisa, eso era suficiente para él, se sentía feliz con ello.
—Te ayudaré a practicar, lo harás bien. Recuerda que tienes que estar ahí en media hora, no querrás que tu mami te regañé de nuevo — bromeó YunHo, causándole una sonrisa y una risa a JongHo.
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—¿Te gustan los bebés?
YunHo frunció el ceño, terminando de abotonar su camisa, volteó a ver al rubio, sin embargo, este no lo veía, mantenía la mirada en sus botas, amarrando de forma lenta - casi hipnotizante - los cordones. Se supone que los estilistas debían estarlos vistiendo en ese momento, pero JongHo les había pedido que salieran debido a que necesitaba hablar de algo importante con su prometido, y al parecer era eso, según YunHo.
—No lo sé, nunca me puse a pensar en ello. Tenía demasiada mierda mental con cosas de venganza y eso que no pensé en algún día sentar cabeza — se encogió de hombros.
YunHo ya sabía por dónde iba la conversación, claramente JongHo tenía que dejar al menos un hijo para seguir con el legado de Realeza, así que si se lo preguntaba, era por razones obvias. Aunque, claro, había una pequeña duda dentro de la mente de YunHo. Dentro de los buenos modales del Reino, era sumamente descortés atreverse a preguntarle a una mujer o a un hombre que si podían cargar hijos en su vientre, sin embargo, tenía la duda con JongHo. Claramente él no podía hacerlo, era parte de la población masculina que sólo podía fecundar óvulos femeninos o masculinos, pero se preguntaba a qué población pertenecía JongHo.
—¿Puedes tener hijos?
—Eres un grosero — rió —, no puedes preguntarme algo así, idiota.
—Oh vamos, somos pareja, esto es algo formal, no es una falta de respeto — YunHo trató de razonar.
—Estás buscando excusas para justificarte — volvió a reír, negando con su cabeza. JongHo acabó de atar sus botas y se puso de pie —. Pero ya que me siento de buenos ánimos hoy, te responderé. Sí, puedo tener hijos propios, bruto.
—Oye, ¿qué iba a saber yo?
—Por algo estaba más interesado en los Príncipes que en las Princesas, tonto.
YunHo se acercó con una sonrisa cariñosa hasta el pequeño, quien seguía refunfuñando tonterías con los brazos cruzados, puso de manera suave una de sus manos en la espalda baja del contrario acercándolo a él, mantiendo su sonrisa.
—Sé a lo que quieres llegar con esto. Bien, no había considerado antes tener hijos, pero sabes que no me molestaría tener el privilegio de malcriar a unos pequeños que lleven tu adorable rostro, rubia.
JongHo sintió el calor concentrarse en sus mejillas, pero mantuvo la mirada conectada a la de YunHo. ¿Cuál era el fanatismo de YunHo de decirle rubia? ¡Que tenga algunos rasgos suaves y agraciados y el don de poder llevar vida en su vientre no lo convertía en mujer!
—¿Y si no salen con mi rostro?
—Entonces no los voy a querer y se los daré al tigre de HongJoong para que se haga un rico emparedado — YunHo rió con ganas cuando JongHo le dirigió una mirada ofendida y lo golpeó varias veces con sus puños.
—ERES UN INSENSIBLE. ¿Cómo puedes decir eso de tus hijos?
—Relájate, rubia, estaba jugando — siguió riendo —. Vamos, tienes que terminar de vestirte. San trataría de golpearme con sus puñitos de Princesa si llegamos tarde a su boda.
—Si WooYoung te escucha hablar así de su futuro esposo, trataría de matarte. Además, ¿cómo sabes que tiene manos de Princesa?
—Porque es un Choi como tú, está en su sangre ser rubios pomposos suavecitos y chillones.
—¡Odio cuando generalizas!
—Pero te gusta escuchar que te diga pomposo.
JongHo frunció sus labios, no le daría la razón a su prometido en voz alta, eso sería admitir derrota, pero bajó levemente la cabeza con el rubor en su rostro.
—Vamos, pequeño.
—Ya voy, Gigante.
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Royalty [YunJong] (YunHoxJongHo) ATEEZ
DiversosAunque JongHo pretende ser el Príncipe perfecto a los ojos del Reino entero, los empleados del Castillo y sus padres, los Reyes, sabe que está lejos de serlo. Por ende, al ser de la realeza, debe ser perfecto, con cada pelo de su rubio cabello peina...