Extra Nº3

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El insistente y dulce tarareo de su madre calmaba al pequeño Chan, cerrando sus ojitos a la vez que movía de un lado a otro suavemente su cabeza. La voz de su madre era la más hermosa que alguna vez hubiese escuchado, y aunque fuese un niño, había conocido a bastantes personas, pero ninguna de ellas se comparaba con su madre. Él era único. Era la mejor madre que hubiese en el mundo.

—Channie, mi rollito de canela, no muevas tanto tu cabecita o tu mami no podrá terminar de peinarte. ¿Acaso no quieres salir con tu papi y conmigo?

—¡Sí quiero, mami! Lo siento, me quedaré quieto. Pero por favor, sigue cantando.

YeoSang rió por la petición, pero siguió cantando en voz bajita. Puede ser que no fuera un Príncipe divinamente perfecto, pero sí era divino. No había nada que le gustara más que cuidar de su pequeño.

—Yeoly, ¿por qué tardas tanto?

O bueno, sí había algo que le gustase más.

¡SeongHwa se veía tan guapo! Bueno, cuándo no se veía guapo, en realidad. Aseguraba que su esposo era el hombre más atractivo que hubiese pisado la tierra en algún siglo, en definitiva.

—Hwa~, mi amorcito, lo que pasa es que a Channie le gusta moverse un poco mientras su mami lo peina, ¿no es así, cariño?

Un leve sonrojo llegó a las mejillas de Chan, pero aún así asintió, mirando algo apenado a su padre.

—No pasa nada, mi pequeño niño, todavía tenemos algo de tiempo — SeongHwa se acercó y dejó un corto beso sobre los labios del menor.

—Dice que le gusta mi voz.

—¿Y a quién no?

—Hwa, cantemos juntos — YeoSang le sonrió.

Los ojitos de Chan comenzaron a brillar mientras veía a su padre ilusionado, provocando que SeongHwa se encogiera en su lugar.

—No sé cantar.

—No seas tonto. No tienes que ser un experto para cantar una simple canción.

—Yeo-

—Mi amorcito, por favor~

SeongHwa suspiró, Dios, su esposo lo metía en unas situaciones que iban a volverlo loco. Pero no es como si pudiera considerar la opción de negarse a hacerlo, ya que su hijo lo veía con emoción, esperando que hiciera “un dúo” con su esposo. Y claro, YeoSang lo veía con una sonrisita tramposa, como queriendo decirle «Sabes que no puedes negarte».

—Vale, dos contra uno no es justo. No te dejaré jugar con el hijo de Byul, pequeño — Chan abrió su boquita.

—¡No, papi, por favor no! JunHui es muy bueno conmigo. Me portaré mejor — Hizo un pucherito.

—¡SeongHwa! Ush — YeoSang negó con su cabeza y acabó de peinar al menor —. No le hagas caso, bebé, tu papi no te alejaría de JunHui sin una buena razón — Besó las dos mejillas de Chan.

Aunque sabía que estaba mal, SeongHwa se echó a reír por la expresión de puro alivio que Chan había puesto. Recibió un golpe de YeoSang de codo en su estómago por estarse burlando de su hijo, pero había sido un poco gracioso. Por supuesto que no iba a alejar a su hijo del hijo de MoonByul, el niño era tan dulce y amable con todos que casi parecía imposible, y estaba seguro de que su pequeño le agradaba muchísimo el niño mayor, sería una completa maldad separarlos cuando ambos se llevaban tan bien.

—Deberías ir a buscar a la señora de la cocina, le dejé algo delicioso para ti antes de que salgamos — YeoSang volvió a dejarle dos besos en las mejillas de su hijo, y el pequeño se fue casi corriendo —. Eres tan malo.

—Soy Caballero, ¿qué esperabas?

—¡Esa no es escusa! — Rió —. Casi lo haces llorar.

—Oh vamos, no iba enserio. Alejarlos sería algo así como un pecado.

YeoSang se apoyó en el cuerpo de su esposo, dejando el suyo descansar. Y para estar más cómodos, SeongHwa se echó hacia atrás, haciendo que su espalda cayera sobre el colchón de la cama de su hijo y YeoSang encima de él. Sin descaro dentro de su elegante cuerpo, YeoSang se acomodó mejor sobre el cuerpo de su amado, poniéndose más relajado y volviendo a tararear a un ritmo más suave que el anterior.

Y como SeongHwa sabía que al menor le gustaba cantar, le dio algunos mimos en el cabello para alentarlo a seguir tarareando.

—Amo tu voz, enserio. Tienes algo que la hace tan... perfecta.

Con una sonrisita, YeoSang siguió cantando, hasta que en cierto punto de la canción, llegó una parte que SeongHwa amaba - bueno, en realidad, amaba toda la canción y más si YeoSang la cantaba -, y sin contenerse, comenzó a seguirle el ritmo.

Feliz, los dedos de YeoSang comenzaron a pintar formas y líneas imaginarías sobre el pecho del otro, cerrando sus ojos. SeongHwa pocas veces le seguía el ritmo, pero cuando lo hacía, hacía cada canción más especial que antes. Cantar juntos formaba parte de las cosas que más le gustaba hacer con su esposo, aunque se trataba de una larga lista, esa estaba entre sus favoritas.

Un pequeño peso conocido se dejó caer como pluma sobre los dos mayores, sacándolos de su mundo llenos de notas musicales en el que las mismas flotaban alrededor de ellos.

—¡Yo quiero cantar así de bonito como mis papis!

YeoSang logró maniobrar para que los tres se acomodaran dentro de la cama. Dios, iba a comprarle otra cama a su bebé tan pronto como pudiera, esa ya no daba abasto.

—Pues para tu suerte, tienes a un experto como tu mami en tu vida.

—Tienes a dos papis que te enseñaran y te cuidarán por toda tu vida, mi cielito. Con mucho gusto te podemos enseñar

—Papi, cantas más bonito de lo que imaginé — Chan le sonrió al mayor.

—Porque tu papi es un aburrido que no le gusta cantar. Pero entre tú y yo podemos convencerlo para que lo haga más seguido, ¿no crees?

—YeoSan-

—¡Sí podemos, mami!

—Ay por Dios...

—Ay nada. Sabes que me amas, y que amas a nuestra bolita de amor chiquita y bonita — Pellizcó una de las mejillas del menor.

—¿Cuándo aprenderás a no hablarle así?

—Seong, no seas tan anticuado. Prefiero tener un bebé dulce y amable que un niñito grosero y maleducado.

—Podemos tener un bebé dulce sin la necesidad de hablarle en diminutivos.

—No lo hago todo el tiempo. Además, es un niño.

—¿Y qué harás cuando sea más grande?

—Lo trataré como quiera. Soy su madre, y yo digo que no hay modo establecido de a qué edad hay que tratarlo de tal forma. Cada familia tiene una forma diferente de criar a sus hijos.

—Vale, vale, entiendo tu punto.

—Es bueno saber que tienes cerebro, a diferencia de tu familia.

—Está bien, me disculpo por lo que dije. Entiendo que nosotros somos diferentes, nos críamos en familias diferentes que nos trataron de una forma particular a cada uno. Aún así, hacemos que esto funcione.

YeoSang entrelazó su mano con la de SeongHwa, acariciando el anillo que estaba puesto desde hace años en el dedo de su esposo.

—Y seguimos haciéndolo, Seonggie. Podemos juntos.

—No importa qué.

—¡Qué bonito!

Casi, casi habían olvidado que su hijo estaba ahí con ellos.

—Aunque no entiendo.

—No pasa nada, Chan.

—Son cosas entre tu papi y yo.

—Uh... Entonces, ¿ya nos vamos? ¡Quiero salir~!

Royalty [YunJong] (YunHoxJongHo) ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora