—¡Un mosquito! — YeoSang chilló.
—Te dije que te rociaras repelente, pero no me hiciste caso.
—¡Huele asqueroso! ¿Bien? No voy a echarme eso.
—Si no lo haces, los mosquitos van a tratar de seguir picándote, sangre dulce — SeongHwa se burló.
—Te detesto tanto... Bien, bien, acepto mi derrota. Dame esa cosa.
Ajeno a toda la discusión tonta de SeongHwa y YeoSang, JongHo iba muy centrado en sus pensamientos. Se sentía demasiado culpable por poner demasiada presión sobre YunHo, sabiendo mejor que nadie que YunHo no estaba preparado para la Realeza, que él no sabía comportarse de la misma forma que él aunque lo intentara. Él sabía todo eso, y aún así lo había ignorado.
Todavía recordaba vivamente en su memoria el rostro de YunHo al gritar, su expresión desorientada y atormentada, sus ojos perdidos, sus labios temblando. Cuando le dijo que no era un perfecto Príncipe, todo aquello le había afectado, sobre todo cuando se apartó de él al intentarlo ayudar. Había sido un pésimo prometido y compañero de vida, debía arreglar de algún modo su error. Y todo comenzaba con encontrar al Caballero.
—¿Cómo estamos yendo? — JongHo se acercó al equipo que se encargaba de rastrear a YunHo.
—Tenemos la señal de su celular, Su Majestad, él se sigue moviendo, pero vamos por buen camino.
Eso hizo que JongHo suspirara, los mosquitos eran ciertamente molestos, sobre todo por el zumbido constante en su oído, pero podía con ello. Esto no era nada comparado con lo que su pobre prometido debía estar pasando solo, por YunHo, todo valía la pena.
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Sinceramente, YunHo nunca se había sentido particularmente atraído por los aparatos electrónicos, prefería pasar toda la tarde entrenando cuerpo a cuerpo o con algún arma a estar sentado como un flojo revisando sus redes sociales, o alguna tontería de ese tipo. Tenía su celular más de adorno, que por utilidad o necesidad. Aunque tampoco era idiota, sabía todos los avances tecnológicos que había actualmente en todos los aparatos eléctricos, así que cuando su teléfono dio una pequeña alarma, indicando que estaba siendo rastreado - sí, pagó para que un experto hacker desarrollara un programa que le permitiera saber si el localizador de su teléfono era usado en su contra -, sin dudas debía ser JongHo.
Apreciaba el gesto de JongHo de tratar de arreglar las cosas entre ellos, pero ahora necesitaba estar solo, sin nadie a su alrededor que pudiera afectar su respuesta.
Dejó su celular en una piedra, y siguió su camino.
Era lo mejor, lo sabía, en fondo. JongHo merecía otra cosa diferente a él, alguien que pudiera actuar de la misma forma y no se sintiera incómodo con la sola idea de actuar como alguien Real, de ser parte de ese mundo sin tener que cambiar lo que era para encajar en el. Y bien, era bueno para orientarse en los lugares, la geografía siempre había sido su fuerte, tal vez, si sus pensamientos eran tan malos pero su sentido bueno, regresaría al Castillo con HongJoong.
Pensó en la posibilidad de volver a su anterior vida, ser jefe de los Caballeros de la tropa de HongJoong, ordenar a los Caballeros y comandar las emboscadas, volver a hacer temblar a las personas en cuanto vieran que sacaba su espada de la funda. Extrañaba ponerse su armadura, montar a caballo y disparar flechas a la cabeza de los enemigos. Incluso extrañaba las fechorías que hacía con HongJoong, secuestrar, matar; podría sonar insano, pero para YunHo era algo totalmente normal a lo que estaba acostumbrado. Mientras otras personas se desmayaban con sólo ver una gota de sangre, él se encargaba de torturar a los prisioneros lo suficiente como para dejarlos sin una gota de sangre en todo su patético cuerpo.
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Royalty [YunJong] (YunHoxJongHo) ATEEZ
DiversosAunque JongHo pretende ser el Príncipe perfecto a los ojos del Reino entero, los empleados del Castillo y sus padres, los Reyes, sabe que está lejos de serlo. Por ende, al ser de la realeza, debe ser perfecto, con cada pelo de su rubio cabello peina...