—¿Q-Qué acabas de hacer...?
—Lo que tenía que hacer para protegerte a ti de un segura violación y mi identidad. Se supone que los Caballeros no deberíamos estar aquí, no se nos permite.
—¿Eres Caballero del Reino?... Oh, no.
—Andando, tengo que sacarte lejos de aquí antes de que alguien se dé cuenta.
—¡Ah, ten cuidado! ¡Me manchas de sangre!
JongHo se dejó arrastrar por el chico desconocido por la pista de baila mientras trataba de sacarse la poca sangre que había adquirido por error la manga de su camisa oscura. Para cuando logró su cometido y había subido la mirada con una sonrisa en sus labios, se dio cuenta de donde estaba. Era un frondoso y extenso -aparentemente- bosque, demasiado oscuro para el gusto de JongHo, que cambió rápidamente su expresión, viendo con algo de desconfianza al chico a su lado. Todavía estaba con la espada afuera, la sangre del anterior chico que había intentado hacerle daño seguía en el filo, pero se veía algo seca. Obviamente, por todo lo que se alejaron del Antro, el viento tuvo que haber secado la sangre.
—Realmente no estás a salvo, ¿lo sabes, verdad? Hay cámaras en ese Antro y cuando vean las grabaciones sabrán que fuiste tú.
—Lo sé — YunHo vio su reflejo en su espada —, pero tengo la suficiente autoridad como para ir y destruir esas grabaciones. No son prueba contra mí, y no son nada que puedan usar en mi contra. El Rey y la Reina no permitirían que uno de sus mejores Caballeros cayera en un escándalo de ese tipo. Probablemente saquen el cuerpo, lo quemen, y luego destruyan la grabación a cambio de dinero.
JongHo bufó, haciendo que uno de sus mechones se alzara con la brisa y luego volviera su lugar.
—Sé cómo se hace eso, no soy un tonto.
—Considerando con el tipo que estabas ahí, dudo un poco eso.
—¡Fue un error, ¿está bien?! Y... Y-Y gracias por salvarme. No te lo había agradecido que tomaras ese riesgo por mí — la voz de JongHo había salido más pequeña de lo que esperaba.
—Ya te lo dije. Eso no fue nada para mí.
No eres nada para mí.
Algo así había interpretado JongHo por el tono hostil que aquél chico había usado, mirándolo de reojo y luego regresando su vista hasta su espada. Algo dolió dentro del Príncipe, y se sorprendió a sí mismo cuando una lágrima quizo bajar por una de sus mejillas.
—¿Vas a matarme también?
Y YunHo bufó esta vez. No estaba de ánimos para lidiar con otra muerte más y ocultar el cadáver en la espera de que se descompusiera naturalmente entre las maleza y arbustos del bosque.
—Claro que no. Voy a llevarse a tu casa y luego me iré, obviamente espero tu voto de silencio con este asunto y que no se lo digas a nadie, ni siquiera a tu familia.
—Con respecto a mi voto de silencio, lo tienes. No le diré a nadie esto por haberme salvado, pero en cuanto a llevarme hasta mi casa... Eso sí es más complicado.
—Conozco todo el Reino como la Palma de mi mano. Créeme que sé cualquier lugar que me digas de aquí.
—La cosa es yo-
El celular de JongHo comenzó a sonar, con ese tono característico que tenía para SeongHwa. Mierda, es cierto, se había olvidado completamente de él y ahora ni sabía dónde diablos estaba para que SeongHwa fuera por él y pudieran regresar al Castillo antes de que las cosas se pusieran sospechosas. Porque aunque la gente del Castillo y sus padres fueran despistados -aunque su madre, JiHoon, no tanto-, no podía abusar tanto y tener tanta confianza en sus planes. Así que tuvo que pedirle perdón al Caballero frente a él y contestar la llamada.
—¿DÓNDE MIÉRCOLES ESTÁS, DESGRACIADO RUBIO? VAS A HACER QUE ME DÉ UN ATAQUE. ¿QUIERES QUE ME MATEN TUS PADRES?
—Ya, Hwa, tampoco me grites.
—NO TE ESTOY GRITANDO, LA MÚSICA ESTA DEMASIADO FUERTE QUE ES OTRA COSA. YA DIME, ¿DÓNDE ESTÁS?
—Uhm... La verdad, no sé dónde estoy, Hwa, lo siento.
—¡UGH, TE ODIO! BIEN, QUÉDATE DONDE ESTÁS. TE RASTREARE CON EL GPS.
—Está bien — JongHo colgó la llamada y volvió a guardar su celular.
—¿Tu cuidador? — se burló YunHo con una sonrisa maliciosa.
—En realidad, sí. Tengo que esperarlo aquí para que me lleve a casa.
—Te dije que yo podía llevarte. ¿Vas a rechazar a un Caballero?
—¿Es un delito acaso?
—No, pero no deberías. Si yo, un Cabellero de la familia Real, te ofrezco mis servicios, lo mínimo que puedes hacer es-
—¿Besarte las botas y alabarte como si fueras un dios? — ironizó JongHo y luego tomó asiento en el frío césped —. Sabes, no tienes idea de nada realmente.
—No creo que un niño como tú sepa lo que pasa. Considerando que tienes un niñero que viene por ti y que no sabes con quién meterte en un Club y con quien no, no dejaría que me dieras clases de realidad.
—Copiare tu frase: Ya te lo dije. Fue un error, de todas las veces que he salido a todos los Clubs de este Reino es la primera vez que me encuentro con un tipo como lo era ese — Bufó —. De todos modos, ¿qué hace un importantísimo Caballero del Reino en un Antro de mala muerte?
—Ya sabes demasiado, deja de preguntar a menos que quieras que sí te mate ahora.
—Oye, cálmate — JongHo lamió sus labios con la punta de su lengua y luego hizo un puchero a propósito para tentar al mayor —. Entretenme mientras llega mi cuidador.
—¿Por qué tienes un cuidador? No eres tan pequeño. Además, no soy un bufón, soy un Caballero.
—Familia importante, qué te digo — sonrió.
—¿Te han dicho que eres un descarado? Debería cortarte los labios con la espada para que dejes de hacer esas muecas. Estás provocándome.
—No es ilegal — la sonrisa de JongHo tomó un toque pícaro —, lo sería si tú fueras un Príncipe, pero por suerte para mí y para ti, sólo eres un Caballero.
—No eres de por aquí, ¿cierto?
—Oh, me descubriste, ay — fingió sorpresa —. No cambies de tema. ¿Te pongo nervioso, gigante?
—He enfrentado peores cosas que tú, y yo no me pongo nervioso por cualquier tontería — YunHo rodó los ojos y acabó de limpiar su espada para después guardarla en la funda —. ¿Tu niñero tardará mucho? Tengo que regresar a mi trabajo.
—Tranquilo, SeongHwa es rápido y eficiente, no tardará tanto en encontrarme. De por mientras, quédate conmigo.
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Royalty [YunJong] (YunHoxJongHo) ATEEZ
AcakAunque JongHo pretende ser el Príncipe perfecto a los ojos del Reino entero, los empleados del Castillo y sus padres, los Reyes, sabe que está lejos de serlo. Por ende, al ser de la realeza, debe ser perfecto, con cada pelo de su rubio cabello peina...