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Cuándo la gira comenzó ambos Juan Pablo y Simón se sorprendieron al ver como Martín hablaba sin problemas con Pedro, Andrés, Nath o con los demás mientras que con ellos era como si intentaran hablar con una pared. Se pasaba el día ensayando, estudiando o diseñando algo, cualquier excusa era válida para evitarles.

-Vengase con nosotros, Marto. - Pidió Villamil por cuarta vez en veinte minutos.

El menor se levantó del sofá, abrió un cajón de la cocina y sacó un cuchillo con el que apuntó al de ojos avellana.

-Estudié anatomía, usted decide, deja de molestar o le castro o dejo que se ahogue con su propia sangre, depende lo que me apetezca. - Amenazó y los tres levantaron las manos en señal de paz retrocediendo lentamente.

-Y es Martín. - Corrigió guardando el arma.

Simón y Villamil se marcharon para cambiarse mientras Isaza miraba al menor.

- ¿Tengo micos en la cara? - Preguntó Martín acercándose al más alto para encararle.

-No, pero si quiere salir puede. - Ofreció Juan Pablo.

-Ya les dije que no quería relacionarme. - recordó Martín girándose para marcharse, pero Isaza le agarró del brazo -. Me refiero a usted solo, si le apetece. - Se explicó y Martín se soltó del agarre debido al corriente eléctrico que sentía ante contacto con el otro.

-Ya veremos. - Dijo Martín antes de marcharse.

Al final solo salieron Villa, Simón e Isaza, pero los dos primeros ya iban medio borrachos y se marcharon antes de no poder ni andar así que Juan Pablo se quedó sentado en el banco de aquel viejo bar pensando en todo lo que estaba ocurriendo hasta...

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Al final solo salieron Villa, Simón e Isaza, pero los dos primeros ya iban medio borrachos y se marcharon antes de no poder ni andar así que Juan Pablo se quedó sentado en el banco de aquel viejo bar pensando en todo lo que estaba ocurriendo hasta que vio a Martín, sentado no muy lejos de dónde él se encontraba, mirando a la gente hablar.

-Hey, al final sí viniste. - Comentó Isaza sentándose a su lado y el otro le sonrió.

-Sí, estaba pensando en hacer turismo ¿Se apunta? - Preguntó y a pesar de que su voz sonaba segura, se notaba un leve nerviosismo solo si eras tan observador como Juan Pablo.

- ¿A estas horas? - Preguntó el más alto.

-Sí ¿Por qué no? - dijo Martín - ¿Entonces viene? - Le volvió a preguntar.

-Vale - Aceptó sin querer cuestionar el buen humor del menor.

Ambos salieron del lugar y Martín se acercó a una moto que había aparcada al frente, casó unas llaves y levantó el asiento sacando dos cascos.

Bajó el asiento y le tendió uno a Isaza, quién aceptó rápidamente, para luego ponerse el suyo.

-No sabía que conducías. - Comentó Isaza.

-Sí, necesitaba moverme rápido por la ciudad y el transporte público no era una opción muy buena así que me saqué el carnet. - Explicó subiéndose al vehículo e invitando al otro a que subiese.

 - Explicó subiéndose al vehículo e invitando al otro a que subiese

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- ¿Entonces habló con él? - Preguntó Simón sorprendido.

-No mucho, fue más un paseo que una conversación. - Aseguró Isaza.

- ¿Pero no te amenazó de muerte? - Preguntó Villamil todavía traumado.

-No estamos hablando de un asesino serial. - Le defendió el más alto.

-Me halaga que no todos piensen que les quiero matar. - Dijo Martín apareciendo de repente de la cocina y todos se quedaron congelados.

- ¿Y esas caras? No me caen bien, pero no mato personas. - Comentó él y esas palabras dolieron a los otros tres.

- ¿Cuál es su problema? - Le preguntó Simón enfadado, acercándose a su hermano y este frunció el ceño.

- ¿Ahora si le importo? ¿Después de dos años? - le preguntó Martín mirándole fijamente -. Me busca cuándo le interesa. Yo no pedía que renunciase a su sueño, simplemente quería un poco de cariño por parte tuya, ¡DE LA ÚNICA PERSONA QUE TENÍA! - Le gritó haciendo que el enojo de Simón se esfumara.

-Martín, yo... - habló - ¡No haga como que ahora le importo! - Le cortó y se marchó de allí rápidamente, sin querer seguir hablando de aquel tema que tanto le dolía.

- ¿Qué son todos esos gritos? - Preguntó Pedro entrando a la casa.

-Solo la mayor cagada de mi vida. - Respondió Simón sentándose en el sofá y cubrió su cara con sus manos.

En una de las habitaciones se encontraba Martín hecho bolita en un rincón, ahogando sus gritos en una almohada, estaba cansado tanto físicamente como psicológicamente, no quería seguir sintiéndose así.

Cómo una persona que no merecía amor y cariño. Recordó los días en los que no tenía ni fuerzas ni ánimos para levantarse de la cama y era arrastrado por Laura hasta la universidad.

En verdad le debía todo a ella, el seguir ahí no hubiese sido posible sin ella.

- ¿Uru? - Preguntó Martín cuándo la chica cogió la llamada.

- ¿Qué pasó? - Preguntó Laura preocupada.

-Nada, simplemente no quería volver a estar solo. - Respondió Martín.

-No estará solo, siempre estaré aquí Marto. - Afirmó ella.

ALONE (Isargas) | acabadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora