Simón usó la llave del apartamento de su hermano y amigo ya que ninguno había contestado al móvil y eso que les llamó por una hora.
El lugar estaba en completo silencio, así que Simón empezó a buscar por la cocina hasta que les encontró completamente dormidos en la habitación.
-Buenos días, feos durmientes. - Dijo Simón encendiendo las luces y los dos soltaron unas cuantas palabras inentendibles (que seguramente eran maldiciones para el de gafas).
-Feo tú. - Dijo Martín cubriendo su rostro con su brazo.
-Venga arriba, son la una del mediodía pedazo vagos. - Les dijo Simón abriendo las cortinas y apagando la luz para no malgastar la electricidad.
- ¿Por qué tan insistente, Moncho? - Preguntó Isaza queriendo seguir durmiendo.
-Porqué quiero pasar un día todos y solo faltan ustedes. - Respondió Simón.
-Pero si nos vemos casi todos los días. - Se quejó Martín.
Al final Simón consiguió levantarlos y se reunieron en casa del de gafas donde se encontraban Posamil y Nath.
- ¿Y ahora qué hacemos? - Preguntó Isaza enfurruñado por no haber podido dormir.
- ¿Jugamos al uno? - Propuso Aleho sin tampoco saber bien que hacer.
Y como los demás estaban igual de aburridos accedieron a la propuesta de Aleho, por lo cual empezaron a jugar tranquilamente, pero como es el juego rompe amistades por excelencia (junto con el Monopoly) se les fue de las manos.
- ¡Uno! - Dijo Martín dejando la carta del ocho azul en el montón.
El siguiente en tirar fue Isaza, que continuó con el color, al igual que Villa, pero Nath lanzó un cambio de sentido. Villa robó una carta que no pudo tirar y de nuevo fue el turno de Isaza.
-Lo siento, Marto. - Se disculpó.
-Podemos hablarlo... - Intentó convencerle, pero Juan Pablo ya estaba dejando la carta del más cuatro.
-Uno. - Anunció el más alto.
Después de una ronda en la que finalmente ganó Isaza decidieron que estaría bien salir a dar una vuelta, pues nunca está de más pasear un rato con tus amigos. Así que después de caminar sin rumbo alguno de aquí para allá y quedarse un rato con la aglomeración de gente protestante se pararon en una plaza medio desierta.
-Tengo hambre. - Dijo Villamil de repente - ¿Y vosotros? - Preguntó.
Un coro de "yo también" se hizo presente por lo cual decidieron ir al restaurante más cercano y pedir algo para llevar, pues no tenían ganas de quedarse mucho más tiempo por las calles.
Mientras Villa y Aleho iban a pedir la comida Nath fue al baño y Simón se apartó un poco de la gente para poder atender una llamada telefónica de Pedro mientras Martín e Isaza se quedaban fuera del local que estaba llenísimo de gente.
Ambos se encontraban en silencio ya que se encontraban a gusto y opinaban que en ese momento las palabras sobraban, pero seguían con las manos entrelazadas.
Y de un momento a otro el tiempo se volvió denso y confuso, sin darles ni un segundo para procesar la información de lo que acababa de pasar. Isaza cayó a la acera mareado y con la vista borrosa a causa del golpe que había recibido en la nuca, luego Martín sintió como era alejado del de sombrero y sujetado por los brazos para que no se acercara.
Un grupo de gente con máscaras o cosas que cubrían sus rostros les estaban rodeando y para desgracia de ellos venían con bates.
- ¿¡QUÉ MIERDA OS PASA?! - Gritó Martín sacudiéndose tan fuerte que logró soltarse del agarre y plantarle un puñetazo en toda la nariz.
-Qué "¿Qué nos pasa?" Más bien ¿Qué os pasa a vosotros? - Preguntó quién parecía ser el líder con asco en la voz.
- ¡A NOSOTROS NADA! - Le gritó Martín antes de que otro le empujara al suelo, pero igualmente se levantó y llegó al lado de Isaza quién parecía haberse recuperado un poco del golpe.
Eran más que ellos, la mayoría tenía algún tipo de arma y eran bastante más altos que Martín, pero aun así lo último que el menor se dejaría era intimidar, así que rápidamente intentó comprobar cómo se encontraba Isaza.
- ¡Sois unos enfermos! - Aseguró alguno de los encapuchados, pero Martín le ignoró.
-Isa... - Le llamó, pero este tardó bastante en reaccionar - ¿Cómo te sientes? - Preguntó, pero él no le contestó.
Otro tirón y volvía a estar de pie alejado del mayor, pero esta vez siendo retenido por dos de ellos. De repente Juan Pablo se levantó y golpeó al líder de la banda en la nariz haciendo que esta sonara a hueso roto y pareció que eso no les hizo mucha gracia.
A partir de ahí Martín lo vio a cámara lenta, cómo el líder mostraba rabia en sus pupilas y de un rápido movimiento clavó una navaja en el vientre de Isaza, quién abrió mucho los ojos antes de caer redondo al suelo.
Lo último que recuerda es un golpe en la parte trasera del cráneo y Simón llegando al lugar mientras que todo se volvió negro para Martín.
¿Sorpresa?
~Diana.
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ALONE (Isargas) | acabada
FanfictionMartín nunca se llevó bien con su familia, excepto con su hermano Simón. Pero algunas cosas cambian con el tiempo, al igual que las personas. ~Diana