ADVERTENCIA: SE TRATA TEMAS COMO El SUICIDIO, SI ESTE TEMA TE INCOMODA SAL DEL CAPÍTULO.
~Flashback~
-Mucha suerte. - Les deseó Martín con una sonrisa.
-Gracias, Marto. - Agradeció Simón y abrazó a su hermano.
-Estaremos de vuelta antes de que te des cuenta. - Prometió Isaza y el menor asintió, confiando en su palabra.
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Tres meses hacía que llegó a París y tres meses en los que se sentía vacío, sin motivación o un rumbo que seguir.
¿Era necesario despertarte a la mañana siguiente sabiendo que seguirías siendo el mismo inútil de ayer? ¿Era necesario tener que escuchar esa vocecilla molesta que te recuerda aquello que quieres olvidar?
- ¿Por qué sigo aquí? - Preguntó Martín al aire mientras miraba con fastidio al reflejo del espejo.
Había empalidecido y bajado de peso de forma preocupante, sus ojos castaños sin brillo alguno y bajo ellos unas oscuras bolsas por no dormir bien y su cabello empezó a crecer hasta casi llegar a los hombros. Por suerte, o no, no había nadie que se hubiera dado cuenta porque no tenía realmente a nadie y ante su compañera de piso (y amiga) era fácil disimular; con un poco de ropa ancha, se peinaba decentemente con un moño, algo de base de maquillaje y ya tenía otra vez su máscara.
- ¿Puedo pasar? - Preguntó Laura desde la puerta.
-Sí. - Respondió Martín y sonrió levemente a la chica cuándo entró.
-En unas horas habrá una fiesta en un bar local y Daniel me dijo de ir, si quiere puede venir también. - Propuso la de ojos verdes y Martín fingió pensar.
-Creo que no iré, debo estudiar una materia de la que voy flojo. - Se excusó y Laura asintió con la cabeza.
-Si cambia de opinión avísame. - Dijo ella antes de salir de la habitación de Martín.
Cuando ella se marchó Martín se replanteó el ir o no, por lo menos para no quedarse en silencio solo consigo mismo porqué ahora podía escuchar claramente esos pensamientos molestos.
Una idea apareció de repente, como si hubiera encendido una vela en la oscuridad, que le pareció demasiado tentadora. Intentó olvidarla y empezó a releer el temario, pero de nuevo volvió y esta vez mucho más fuerte que antes, incluso se levantó inconscientemente de la silla.
Deambuló por la casa pensando en la mejor forma de llevarla a cabo, primero agarró el sacapuntas y lo desarmó, ¿Recurriría al viejo truco? No, él era mucho más original que eso, pero igualmente se lo llevó. Entró a la habitación de Laura y encontró un bote de pastillas para dormir a la mitad, lo agarró y le dejó una nota a su compañera de piso junto con algo de dinero para que pudiera comprar otro botecito.
