Regalo

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ADVERTENCIA: Esto es como el final secundario, o sea, que no es el original. Pero es como un regalo para vosotros, os aviso que puede ser mejor, peor o más decepcionante que el anterior.

Las sirenas de la policía se escucharon fuera de la vivienda, de repente el sonido del gatillo siendo apretado y un dolor insoportable en el pecho se hizo presente.

- ¿¡Que has hecho?! ¡NO QUERÍAMOS DEJAR MUERTOS, IMBÉCIL! - Gritó uno de ellos.

- ¡FUE SIN QUERER! ¡NO QUISE APRETAR EL GATILLO, FUE UN ACCIDENTE! - Aseguró el otro también gritando.

Lo último que Martín pudo ver era como los agentes de la policía entraban y todo se volvió negro.

Lo último que Martín pudo ver era como los agentes de la policía entraban y todo se volvió negro

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Al abrir los ojos la luz le hizo daño por lo cual tuvo que volver a cerrarlos.

- ¡Despertaste! - Escuchó gritar a Simón.

Cuando abrió los ojos y vio a su hermano todo se volvió muy confuso. Simón lucia más joven, tenía el cabello un poco más arriba de los hombros y no llevaba gafas.

- ¿Recuerdas cómo te llamas? ¿Cómo me llamo? ¿Qué edad tienes? - Preguntó Simón al ver la confusión en los ojos de su hermano.

-Me llamo Martín Vargas Morales, tú eres mi hermano Simón Vargas Morales y tengo veintiocho años. - Respondió Martín y esta vez el confundido fue el mayor.

-Tienes trece años, no veintiocho... - Comentó Simón y salió de la sala preocupado, solo en ese momento descubrió que estaba en un hospital.

Martín se intentó levantar, pero tenía la intravenosa con la cual era un poco complicado moverse, así que para comprobar que no era broma lo primero que hizo fue tantear una de sus cejas hasta dar con el piercing, después en la oreja contraria notó el pendiente y por último el cabello corto.

Entonces la estabilidad emocional de Martín se fue por un caño al ver a Isaza entrar por la puerta.

-Dios, menos mal que estás bien. - Dijo Isaza aliviado.

Quiso echarse a llorar ahí mismo, abrazarle y pedirle que no volviera a marcharse que le había echado mucho de menos, pero no podía porque todo aquello jamás pasó y Isaza estaba saliendo con Andrea.

- ¿Qué me pasó? - Preguntó Martín.

-Simón nos llamó diciendo que te empujaron y te golpeaste con una estufa en la cabeza y luego no despertabas. - Explicó Isaza.

El más alto se acercó y le abrazó. Martín hizo un esfuerzo titánico por no llorar y abrazó más fuerte, al contrario, disfrutando el contacto con el otro.

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ALONE (Isargas) | acabadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora