¿Había algo que odiara más que su cumpleaños? Pues sí, la Navidad.
No tenía nada en contra de ella, pero a él personalmente todo el ambiente simplemente no le gustaba.
-¿Entonces te quedarás acá? - Preguntó Simón a Martín quien se encontraba sentado en el sofá mirando algo en el portátil.
-Sí. - Respondió este.
-¿Seguro? - preguntó Isaza -. Siempre puedes venir conmigo. - añadió.
Martín dejó de lado el portátil y se levantó quedando enfrente de ambos.
-Seguro, dejen de preocuparse por mí ¿Sí? - pidió y ambos le miraron -. Estaré bien. - Prometió Martín a ver si los dos dejaban de mirarle preocupados.
-Bien. - Aceptó Simón con un suspiro fastidiado.
-Pasadlo bien. - Dijo Martín y se despidió de ambos.
Tal vez no había sido la mejor idea reproducir el vídeo que grabó el año pasado, por estas fiestas también, pero igualmente lo hizo y grabó el de este año. Sin más cosas que hacer se sentó en una silla de la cocina y empezó a dibujar el proyecto para clases que debería entregar en enero.
Miró la hora, dándose cuenta de que todavía era considerablemente temprano y suspiró, apartó el boceto para no arruinarlo al apoyarse en la mesa. Podría haberse quedado reflexionando su vida, pero alguien tocó el timbre de la casa haciendo que Martín se levantara un poco extrañado ya que no esperaba visita.
Al abrir la puerta se encontró con Ángela y Susana Isaza allí plantadas, sin ninguna expresión en el rostro.
- ¿Puedo ayudarlas? - Preguntó Martín, confundido, pero no le contestaron.
De repente se encontraba colgando como un saco de patatas al hombro de Susana y Ángela cerraba la puerta de la casa. Luego era sentado en la parte trasera de un coche y ambas se sentaron en los asientos del conductor y copiloto para después poner en marcha el auto.
- ¿Por qué me secuestraron en vez de estar en su casa con vuestra familia? - Preguntó Martín.
-No te hemos secuestrado... - Dijo Susana.
-Solo te hemos traído a la fuerza. - Acabó la frase Ángela.
-La última vez que chequé en un diccionario esa es la definición de secuestro. - Dijo Martín.
-Bobadas. - Dijeron ambas a la vez.
Al final llegaron a la casa de la familia Isaza y Ángela abrió la puerta.
- ¡Llegamos! - Gritó Susana.
- ¿De verdad trajeron al pobre chico? - Preguntó el señor Isaza y Ángela se hizo a un lado dejando que viera a Martín.
-No tienen remedio. - Dijo Juan Pablo negando con la cabeza y cuándo iba a acercarse a Martín, Susana lo apartó.
-No, no, son doscientos pesos por el secuestro. - Dijo ella.
Martín no entendía ni un carajo, pero la situación era tan absurda que le parecía divertida.
A regañadientes Juan Pablo sacó la cartera y pagó la cantidad antes dicha a las dos chicas que le dieron a cambio a Martín.
-Un placer hacer negocios con usted. - Dijo Ángela con una sonrisa.
-Perdón que me meta, ¿Pero a que vino todo esto? - Preguntó Martín apoyando levemente la cabeza en el brazo de Juan Pablo.
-Simplemente comenté que te quedaste en casa, ellos insistieron en que te trajera... - Comenzó a decir Isaza.
-Y como es un cobarde nosotras te trajimos. - Le cortó Ángela y Juan Pablo rodó los ojos.
- Creo que estas fueron las navidades más raras que he tenido jamás. - Comentó Martín mirando por la ventana, sabiendo que el único que le iba a escuchar era Juan Pablo.
- ¿Pero la está pasando bien? - Preguntó pasando un brazo por su cintura.
-Sí, pero espero no estar siendo una molestia. - Respondió Martín.
-Créeme que no es una molestia. - Aseguró Isaza y se inclinó un poco para besar su mejilla.
Pero un flash de un móvil les hizo girarse para encontrarse con Ángela quien susurraba una serie de insultos al flash mientras Susana se reía.
- ¿Y eso? - Preguntó Juan Pablo a su hermana.
-Era un momento demasiado bello y debía capturarlo. - Dijo Ángela dramáticamente.
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ALONE (Isargas) | acabada
FanfictionMartín nunca se llevó bien con su familia, excepto con su hermano Simón. Pero algunas cosas cambian con el tiempo, al igual que las personas. ~Diana