Seis meses son los que habían pasado desde que todos volvieron a tener una conversación normal, sin intentos de asesinatos, ni gritos y se podía decir que el ambiente en la casa había cambiado. Al principio parecía que se debía al cambio de lugar, pero Pedro pronto supo que ese no era el motivo, si no como el menor de los Vargas conversaba tranquilamente con los integrantes de la banda (incluyendo a Aleho).
Pedro no sabía que había pasado entre los cinco, pero eso no le impedía ver la evolución que había ocurrido. Él veía que a diferencia de las primeras semanas Villamil, Simón o Isaza atosigaban (sobre todo los dos primeros) al otro en busca de respuestas o cualquier pavada que se les ocurría y a diferencia de los primeros meses Martín no se quedaba callado, mirándoles desde una esquina.
- ¿Entonces qué piensa hacer? - Preguntó Aleho a Martín a través de vídeo llamada.
- He estado pensando seriamente en unirme oficialmente a la banda. - Aseguró Martín haciendo sonreír al contrario.
-Martín, ¿Vio usted las cuerdas de recambio para la guitarra? - Preguntó Isaza apareciendo en el salón.
-Al último que vi con ellas fue a mi hermano. - Afirmó el nombrado, el otro asintió con la cabeza y se marchó por dónde vino.
- ¿Qué fue eso? - Preguntó Aleho viendo el pequeño rubor en las mejillas de Martín.
- ¿De qué habla usted ahora? - Preguntó Martín.
-Ese sonrojo de ahí, que yo vi. - Dijo Aleho con voz pícara.
-No sé a qué se refiere, creo que su webcam se averió. - Le dijo apartando la mirada.
Efectivamente la webcam de Aleho funcionaba perfectamente, Pedro podía confirmarlo, pero decidió mantenerse en silencio riéndose mentalmente de todo ese drama digno de Villamil.
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