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Después de, aproximadamente, veinte sesiones con Melody más tarde se podría decir que había una mejora en la forma en la que Martín podía expresar sus sentimientos y pensamientos, todavía faltaba trabajo, pero era un avance.

Y en ese momento Martín se estaba cuestionando sus ideas y si debía seguir los consejos de la psicóloga, ¿Aún sería muy tarde para echarse atrás?

-Y hoy es un día bastante especial, debido a que alguien ha decidido dejar su Batcueva y cantar al frente. - Comentó Simón mientras Isaza se acercaba a dónde Martín estaba sentado.

Isaza le tendió la mano y él la aceptó para bajar de la especie de plataforma en la que estaba la batería, el piano y la otra guitarra. Ambos se acercaron al centro, o más bien Juan Pablo arrastró al otro, para que Martín quedase en medio de ellos y luego Isaza se fue a su lugar no sin antes sonreírle en forma de apoyo.

Con la mayor tranquilidad posible, agarró el micrófono mientras los demás comenzaban los acordes.

Antes de los veinte
Dicen que se vale tener delirios de delincuente
Robar corazones pero también ver lo que se siente
Y ay que mal se siente

Martín empezó a cantar y rápidamente buscó aprobación en el del sombrero, la sonrisa del mayor se hizo más grande y acabó contagiándosela.

Sin que me arrepienta
Quiero enamorarme más de mil veces, perder la cuenta
Poder distinguir mi media naranja si ella me encuentra
Si por fin me encuentra

Empezó a moverse lentamente, pues era como una forma de distracción ya qué si se quedaba quieto podría paralizarse al saber que esta vez sí podían verle.

Quiero vivir un poco más
Quiero gritar una vez más
Y por hacerlo todo siempre a mi manera sé que me recordarás
Quiero vivir un poco más
Quiero gritarlo una vez más
Y escribir los recuerdos que ni el tiempo quiera atreverse a borrar

Dio alguna vuelta y por costumbre fue a "protegerse" tras Isaza, pero Villamil con la mirada le ordenó en salir de ahí y con disimulo, haciendo como que todo estaba planeado, volvió al centro.

Dio alguna vuelta y por costumbre fue a "protegerse" tras Isaza, pero Villamil con la mirada le ordenó en salir de ahí y con disimulo, haciendo como que todo estaba planeado, volvió al centro

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-Lo hiciste muy bien, estoy orgulloso de ti. - Alagó Isaza haciéndo sonrojar a Martín.

-Hice un oso ahí arriba, esto no es lo mío. - Afirmó tapando su cara con sus manos.

-Mentira, ¿A caso no escuchaste al público? - Preguntó el más alto apartando las manos ajenas del rostro.

-Lo siento. - Se disculpó así de la nada.

-¿Porqué se disculpa? - Preguntó Juan Pablo extrañado.

-Usted tiene que aguantar mi humor, escucha mis problemas y al final solo lograré cansarle. - Dijo Martín mirando fijamente a los ojos del otro.

Con cuidado Isaza atrajo al más bajo hacia él, para abrazarle y ambos quedaron tumbados en la cama del mayor.

-Yo elegí estar acá, escucharte y apoyarte, nadie me obligó, lo hago por qué quiero. Así que te aseguro que no me importa que te desahoges conmigo. - Le afirmó mientras acariciaba el cabello suelto del contrario.

-Te quiero mucho. - Susurró Martín devolviendo el abrazo.

-Yo también te quiero. - Dijo Juan Pablo.

Al final ambos se quedaron durmiendo así entre mimos y palabras dulces.

A la mañana siguiente, sorpresivamente, el primero en despertar fue Juan Pablo quién se quedó un rato mirando a su pareja dormir debido a que lucía muy tranquilo

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A la mañana siguiente, sorpresivamente, el primero en despertar fue Juan Pablo quién se quedó un rato mirando a su pareja dormir debido a que lucía muy tranquilo.

Antes de levantarse besó su mejilla, después fue a la cocina a desayunar, dónde se encontró a Simón y a Villamil conversando tranquilamente.

Luego volvió a su habitación, que ahora estaba vacía debido a que Martín se había levantado e ido, así que se cambió de ropa. Pero no encontraba uno de sus sacos.

¿Lo habría perdido? No, imposible, lo vio ayer colgado en el armario.

Entonces, ¿Dónde estaría?

Después de unos minutos buscando decidió que preguntaría a sus amigos si lo vieron.

- ¿Alguno sabe...? - Empezó a preguntar, pero se quedó a mitad de frase -. Déjenlo ya lo encontré. - Acabó de decir.

- ¿Buscabas a mi hermano? - Preguntó Simón bebiendo su café tranquilamente.

-No. - negó -. Buscaba el saco que lleva. - Afirmó y Martín le sonrió.

Se acercó y besó su cabeza para después marcharse a escribir un pedazo de canción futura que se le ocurrió.

Simón no pudo evitar sonreír al ver como su hermano se sonrojaba por ese pequeño gesto, era la primera vez que veía a Martín así y quiso que siguiese siendo feliz.

En el fondo se sentía culpable, él estuvo ahí y apenas hizo su tarea como hermano mayor de cuidarle y a pesar que era difícil quería compensar aquello a pesar de recordar bien lo que él le dijo:

"No necesitas compensar nada, ya está todo perdonado. "

Pero Simón sabía que en el fondo quedaba un pequeño rencor.

ALONE (Isargas) | acabadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora