Después de que Martín confirmara que no tenía nada que temer de Laura y él estuvieran saliendo, Isaza se animó a poder conquistarle, pero alguien apareció y jamás creyó tener un lado tan psicópata cuando Erick se acercaba demás al menor de los Vargas con la excusa de que "era una persona buena para fotografiar". Puede que en eso Juan Pablo estuviera de acuerdo con el fotógrafo, pero cuando seguía insistiendo a pesar de que Martín le dijo que no quería tomarse fotos, uff.
Por qué sí, durante este tiempo de convivencia Isaza aprendió muchas cosas del "nuevo" Martín; como que no le gustaba lo que le reflejara como los vídeos, las fotografías o los espejos por ello el de su habitación estaba tapado con una sábana; tampoco le gustaba cantar en público, por ello solo quería participar en el coro de las canciones o también aprendió a diferenciar el tono de "déjame solo" del de "quédate, aunque sea tras la puerta".
-Venga Martín, solo te pido que me dejes hacerte una foto y juro que no insistiré más. - Pidió Erick.
-Ya te dije que no me gustan las fotos. - Respondió Martín por quinta vez en la semana.
-Una pena no poder capturar algo tan bello. - Comentó Erick con un tono de decepción en la voz y aquello hizo sonrojar a Martín, el cuál apartó la cara avergonzado.
-No digas tonterías. - Dijo Martín mirando la ventana como si fuera lo más interesante que jamás había visto.
-No es ni una tontería ni una mentira. - Aseguró el fotógrafo y el vaso que Isaza sujetaba explotó en la mano del más alto debido a la fuerza que aplicó.
- ¿Estás bien? - Preguntó Martín mirando preocupado la mano de Juan Pablo, la cual tenía cristales de pequeño tamaño incrustada y un fino hilo de sangre.
- ¡Qué idiota soy! - el menor se insultó a sí mismo -. Claro que no está bien, espera un segundo, iré a traer el botiquín. - Dijo antes de salir de la sala.
-Es un hueso duro de roer. - Comentó Erick e Isaza le miró extrañado.
- ¿Qué quiere decir? - Preguntó Juan Pablo.
-Es un poco denso para entender las indirectas, pero es mono. Y no me lo niegues, ni se dio cuenta de lo mucho que te gusta. - Respondió.
- ¿Algún problema con eso? - Preguntó Isaza molesto.
-No. - Aseguró Erick y ambos abandonaron la conversación cuándo Martín regresó con el botiquín.
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A Simón y Villamil la situación les hacía gracia, era bastante divertido ver cómo Isaza y Erick tenían sus piques y Martín no se enteraba de nada de lo que estaba ocurriendo por asocial.
-Si las miradas mataran Erick estaría bajo tierra. - Comentó Simón y Villa empezó a reír.
-Pero Martín no le da bola a Erick y si Isa fuera menos menso se hubiera dado cuenta de que es el único que puede hacer reír como idiota a Martín. - Comentó Villamil y Simón asintió dándole la razón a su amigo.
- ¿Cuánto crees que durará esto? - Preguntó Simón mirando como Isaza y Erick se lanzaban miradas de odio desde cada lado de la sala.
-Hasta la semana que viene, Erick volverá a su casa y dudo que Martín le haya dado su WhatsApp. - Comentó Villa comiendo sus palomitas.
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La gracieta de la guerra entre Erick y Juan Pablo Isaza llegó a su final de una forma inesperada.
Era una mañana tranquila en la casa hasta que una mala jugada desmoronó el tablero de hielo sobre el que estaban jugando el fotógrafo y el músico. Erick al ver como Martín era lo mismo que un tempano de hielo cuándo él le decía cumplidos y luego con la gente era amable, pensó que simplemente quería hacerse de rogar y ya lo tenía en el saco.
-Martín, ¿podemos hablar? - Preguntó Erick y el nombrado asintió.
-Me gustas. - Dijo Erick y Martín se quedó estático, pero luego sonrió levemente.
-Eso no es cierto, te atraigo pero no te gusto. - aseguró Martín -. Tal vez pueda atraerte pero a penas me conoces. - Añadió.
- ¿Y si te dijera que sí me gustas y no es solo atracción? - Insistió Erick.
-Entonces te pediría perdón por no poder corresponder tus sentimientos. - Respondió Martín haciendo todo lo que pudo para no hacer daño al otro.
-Lo entiendo, no puedo asegurate que me dejes de gustar, pero ¿podríamos seguir siendo amigos? - Preguntó Erick.
-Claro que sí. - Le aseguró
Horas más tarde Erick se encontró con Isaza en la cocina.
-Vengo en señal de paz. - Aseguró el fotógrafo y Juan Pablo relajó su expresión.
-¿Qué ocurre? - Preguntó el más alto.
-Me ganaste. - Fue lo único que dijo y se marchó dejando a Isaza con las palabras en la boca.
