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Balas perdidas fue una revuelta en el fandom cuándo se publicó oficialmente y los viajes deberían volver a empezar. Pero antes de eso decidieron dar un paseo por los parques del lugar, sin tener un rumbo fijo, solo pasar el rato juntos.

-Me siento como Villamil en México. - Comentó Simón y el nombrado se hizo el ofendido.

- ¿Por qué se siente así? - Preguntó Aleho y este señalo a ambas parejas tomadas de la mano, a lo que Villa le sacó el dedo corazón.

-Eso por tenerme como violinista. - Dijo el de ojos verdes.

A pesar de que había llovido solo había unos cuantos charcos por ahí, nada exagerado y entonces a Villamil se le ocurrió la genial idea de empujar a su tocayo. Este acabó en un charco de lodo, que resultó ser más hondo de lo que parecía, con todas las botas manchadas incluso por dentro.

- ¡Villamil! - Gritó Isaza saliendo de charco.

-Lo siento, lo siento no pensé que fuera tan hondo. - Se disculpó mientras los demás se reían.

-Usted lavará esto. - Dijo Isaza.

-Si son sus botas. - Se excusó Villamil.

-Y están manchadas por su culpa. - Aseguró el del sombrero.

-Siéntese y cámbiese los zapatos. - Le dijo Martín sacando de su mochila unas tenis y lanzándoselas.

- ¿Por qué lleva zapatos y calcetines en la mochila? - Preguntó Aleho.

-Una vez me pasó y es muy incómodo, así que llevo un par por si las moscas. - Respondió Martín.

- ¿Pisaste un charco? - Preguntó Simón.

-No, me caí a un río. - contestó sarcásticamente y le miraron extrañados -. Pues claro que pisé un charco. - Explicó.

-Acá uno intentando ser buen hermano y usted me sale con eso. - Dijo Simón haciéndose la vistima.

Había mucha gente, pero muchísima, el lugar estaba hasta arriba de personas y Martín estaba casi seguro de que se habían duplicado desde el año anterior

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Había mucha gente, pero muchísima, el lugar estaba hasta arriba de personas y Martín estaba casi seguro de que se habían duplicado desde el año anterior. Igualmente, aquello no impidió que diera lo mejor de sí mismo sin sentir todo el tiempo esa vocecilla molesta y para qué negarlo se sentía mucho más cómodo en el escenario.

Las luces se bajaron y empezaron a mover de lugar a otro cosas para la siguiente canción, Andrés se agarró una silla y lo mismo hicieron Villamil, Isaza y Simón, Juanjo solo se sentó en el piano y Martín llevó el cajón peruano.

Me ha pegado en la cara mi error
Mi corazón se cansó de gritar
Mi garganta le dijo que no, que le daba miedo
Preferí ser tu amigo y callar
Evitarte no me funcionó
Y cuando otros te hicieron llorar, yo te amaba por dentro

Empezó a cantar Isaza mientras los demás tocaban una melodía que era un intento de unos colombianos de hacer flamenco.

No hay nada que yo pueda hacer
Sólo me queda hechizarte
A ver si logro atraparte,
No es una opción olvidarte

ALONE (Isargas) | acabadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora