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~Flashback~

Laura llegó al departamento que había alquilado por el intercambio y le dijeron que tendría un compañero o compañera de casa así que se encontraba muy emocionada por compartir esa experiencia con alguien.

Por lo que se desilusionó al no encontrar nada que le dijese que alguien más vivía allí.

Lo que ella no esperaba era lo sucesos paranormales que empezaron a ocurrir en la casa. Por ejemplo, una vez dejó un plato sin lavar debido a que llegaba tarde a su trabajo y al volver estaba limpio y guardado o por las noches escuchaba pasos en el pasillo. Tal vez cuando los libros se cambiaban de lugar o cuando aparecían alimentos de la nada.

Así que una noche cansada de todo, agarró un rosario y mientras caminaba hasta la cocina, donde la luz estaba prendida, rezaba unos "Padre nuestro".

Una vez allí se encontró con un chico de cabello castaño que bebía agua sentado en la silla tranquilamente.

- ¿Quién eres? - Preguntó Laura apuntándole con el rosario intentando que su voz no se quebrara del miedo.

-Martín Vargas, tu compañero de piso. Me alegro coincidir contigo por fin. - Aseguró Martín levantándose para fregar el vaso.

-Oh, soy Laura Jiménez - Se presentó ella y el chico le sonrió, pero Laura veía algo más allá en los ojos de él, en ese momento ella supo que sí iba a ser psicóloga.

Y así comenzó una gran amistad, ambos se convirtieron en un pilar fundamental en la vida del otro.

Laura estaba ahí cuando Martín no encontraba motivos para seguir, para cuando se sentía solo y ella se encargaría de sujetar la mano de él para acompañarlo en todo.

Martín estaba ahí cuando el novio de Laura se volvió un tóxico, cuando ella se agobiaba con sus exámenes y él estaría ahí para ayudarla a estudiar y prepararle chocolate caliente.

Eran ellos contra todo lo que se ponía en frente y el otro daría lo que fuese por protegerle, incluso tomar un avión a las dos de la mañana si era necesario.

~Fin del flashback ~

-Te quiero. - Confesó Martín sonriendo a su amiga.

-Yo también, Marto. - Aseguró Laura haciendo un corazón con las manos.

-Creo que gasté toda mi suerte al encontrarte. - Comentó él.

-Yo creo que todavía te queda. - dijo ella guiñándole un ojo -. En fin, debo colgar si no llegaré tarde al trabajo. - Añadió.

-Adiós. - Se despidió Martín.

-Ciao. - Se despidió Laura y colgó la llamada.

 - Se despidió Laura y colgó la llamada

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-Parece que alguien tiene competencia. - Se burló Villamil.

- ¿A qué se refiere, huevón? - Preguntó Isaza.

-Martín le tiene calado. - aseguró Simón dejando de lado el móvil para entrar en la conversación -. Y esa tal Laura parece que tiene todas las papeletas de ser su novia. - Añadió Villa.

-Me sorprende que hayan tardado ocho años en darse cuenta. - Dijo Isaza importándole poco lo que los otros dos pudieran decirle.

-Espere, espere un momento ¿Lleva ocho años enamorado de mi hermano y jamás me di cuenta? - Pregunto Simón en shock.

-Sí. - Confirmó Isaza y se sintió bien por decirle a alguien lo que andaba callando desde hace tiempo.

- ¿Pero y Andrea? - Preguntó Villa.

-La quise, claro que lo hice, pero no sé sentí lo mismo - aseguró Isaza -. Sueno como un idiota que no puede superar algo tan bobo y que haya estado ahí durante tanto tiempo. - Se burló de sí mismo.

-Nadie escoge de quién enamorarse, nadie aquí va a juzgarte, por algo somos tus mejores amigos. - Aseguró Simón.

-Volviendo al tema de la chica ¿Sabemos algo de ella? - Preguntó Villamil y Simón negó con la cabeza.

-Me dijo que había sido su apoyo durante este tiempo y es muy importante para él. - respondió Isaza -A sí que Villamil tendrá razón. - Añadió.

-Amigo estás jodido. - Dijo Villa.

-Así me gusta, dando ánimos. - Comentó Simón con sarcasmo.

-Vamos a ensayar ¿Quieres unirte? - Preguntó Isaza a Martín y este dejó a un lado la libreta que tenía

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-Vamos a ensayar ¿Quieres unirte? - Preguntó Isaza a Martín y este dejó a un lado la libreta que tenía.

-Está bien. - Aceptó el menor después de uno segundos de pensarlo.

Ambos caminaron hasta donde estaba la sala que usaban para guardar los instrumentos y practicar.

Cuando Simón y Villamil vieron a Martín entrar junto a Isaza sonrieron al notar que iban limando asperezas.

Los cuatro se acercaron a los instrumentos y empezaron a ensayar las canciones en el orden que habían acordado.

Después de un rato bien largo los tres mayores se acercaron a discutir algo sobre el próximo show mientras que Martín les veía desde la batería.

- ¿Se ve bien cuando toca en el escenario o necesita un poco más de luz? - Preguntó Villamil girándose para mirar al más bajo de todos.

-No se preocupen, va bien. - Aseguró Martín sonriendo de costado.

-Si necesitas algo puedes hablar con nosotros, no lo olvide. - Le dijo Isaza.

ALONE (Isargas) | acabadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora