X. ¿Qué quieres decir?

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Estoy caminando por las calles de París cargando a Arabella en un fular. Me he aburrido enormemente en el hotel y sinceramente tenía muchas ganas de recorrer la ciudad en vista de que es mi primera vez en París. Alex dijo que tenía una reunión de negocios esta noche con unos empresarios, no le pregunté más, se veía bastante nervioso; al parecer son asuntos muy importantes ya que no me pidió que lo acompañara, me prometió que después de la tan importante reunión empezaríamos a ver detalles acerca de la boda, como en qué lugar será, la fecha etcétera.

París es una ciudad tan hermosa, con un encanto inigualable, el aire fresco roza mis mejillas, acaricio el pequeño rostro de mi bebé, quien está más que abrigada.

-¿Te gusta París, Arabella?- Cuestiono a la menor quien ríe al escuchar mi voz.

Son aproximadamente las 7 de la tarde, estoy en una la avenida de los Campos Elíseos, que está prácticamente sobre la calle del hotel en el que nos hospedamos, el "Marriott Champs Elysees Hotel". La avenida es bastante transitada tanto por personas como por autos, varias tiendas con escaparates que llaman la atención, cafeterías con zonas al aire libre muy bonitas. Estoy maravillada por la belleza de la ciudad. 

Hemos recorrido bastante camino, así que decido detenerme en una cafetería.

-Mamá necesita un descanso.- Digo nuevamente a Arabella quien dormita sobre mi pecho.

Entro a una cafetería.  Atravieso la pequeña área al aire libre y entro al establecimiento. Es de estilo clásico francés, con paredes color rosa pastel y blanco.

Me acerco al mostrador y ordeno mi café favorito. Un chestnut praliné, inmediatamente me aproximo a una de las mesas, dejo todas mis bolsas de compras ahí y me siento en uno de los pequeños sillones blancos.  Miro a mi alrededor, es un lugar bastante bonito, tiene frases en francés escritas en luces color rosa, azul y naranja neón; no hay muchas personas, un grupo de aproximadamente 4 mujeres quienes conversan animadamente, un par de hombres y una pareja muy cariñosa a tres mesas adelante de mí. Eso me hace extrañar a Alex, me encantaría que pudiéramos pasar un poco de tiempo aquí, juntos. No puedo dejar de mirar a la pareja, debo ser más discreta si no quiero incomodarlos, realmente no están frente a mí pero no quiero parecer extraña. Apenas puedo ver a la chica, es castaña, usa un vestido negro con un saco azul marino que supongo que es del caballero que la acompaña.

De pronto el mesero me saca de mi ensimismamiento.

-Chestnut praliné?-

-Oui, merci beaucoup.-

El mesero se retira y de repente una luz aturde mi vista momentáneamente. Me froto los ojos, eso parecía.... ¿un flash?, ¿en serio, aquí?

Miro a mi alrededor para ver si alguien lo ha notado y me temo que sí, los presentes voltean a ver con confusión, unos segundos después su atención regresa a lo que estaban haciendo.

Me llama la atención que el hombre y la mujer parecen muy nerviosos, como si estuvieran huyendo de algo, su actitud ha cambiado drásticamente, la mujer mira hacia todos lados, el hombre se levanta de su asiento y al fin puedo verlo con claridad.

Me levanto del sillón y cuando me doy cuenta ya estoy junto a él.

-¿Al?- Pregunto con cautela, intentando no despertar a la pequeña criatura en mi pecho.

Baby, I'm yours.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora