Dejar Reino Unido no fue cosa fácil, tuvimos que hacer miles de trámites para poder regresar con Arabella a los Estados Unidos pero lo conseguimos lo más rápido posible. Desde el acta de registro de su nacimiento hasta su pasaporte y al fin, ¡regresamos a casa!. Hace casi una semana que estamos de vuelta en Los Ángeles y los últimos días han sido un verdadero desafío. Sin ayuda de nadie, Alex y yo hemos estado cuidando de Arabella, quien parece ser que es bastante intolerante al calor californiano porque desde que llegamos llora aproximadamente cada 5 horas y es algo tardado calmarla.
Respecto a mi relación con Turner he de decir que las cosas se han enfriado un poco. Ambos estamos en un estado constante de cansancio; dormimos muy tarde, nos despertamos muy temprano, nos levantamos a cada rato, los horarios de la bebé son muy estrictos y debemos cumplirlos. No hemos tenido tiempo para nosotros como pareja, es más, creo que ni siquiera para nosotros mismos.
-Alguien extraña el clima de su natal Sheffield.- Menciona Alex en brazos, caminando de un lado al otro de la sala, intenta calmar a Arabella quien llora con intensidad, tanta que su pequeño rostro se torna rojo como un tomate.
Arabella tendrá una sesión de fotos hoy, todo fue idea de Alex y es algo demasiado tierno. De repente se escucha el timbre de la entrada, miro la hora en mi reloj, son apenas las 11 de la mañana y el fotógrafo dijo que vendría a las 4 de la tarde.
Alex y yo nos miramos extrañados, milagrosamente nuestra hija deja de llorar.
Contesto a través del interfon que está en la recepción, veo a una mujer morena, alta y delgada que viste el uniforme de una empresa de paquetería, a sus espaldas está estacionado un camión de FedEx, ella se sorprende al mirarme a través de la pantalla, parece que no era algo que ella esperaba.
-Buenos días, tengo un paquete para el Señor...- La mujer mira una tabla con hojas y continúa.- Alexander Turner.-
-Un segundo.-
Me alejo unos momentos de la cámara del interfon, volteándome hacia Alex.
-Es un paquete para tí.- Pregunto a mi prometido en casi un susurro.
-¿Un paquete? No recuerdo estar esperando uno, pero...-
El británico me observa con una mirada tierna.
-De acuerdo, iré por él.-
Regreso rápidamente al interfon.
-Disculpe la demora, en seguida salgo.-
-¡Claro!-
Alex se sienta con la niña en brazos en uno de los sillones de la sala mientras yo voy por el misterioso paquete a la entrada de la casa.
Llego a la puerta principal y al abrir me encuentro con la misma mujer que vi hace unos segundos.
-Buenos días, le entrego un paquete para el señor Turner.- Menciona la mujer mientras me entrega un sobre blanco con la leyenda "FedEx" en él; lo tomo, miro la etiqueta y al parecer quien lo envía es Penelope Turner, ¿pero qué podrá ser?
-¿Podría poner su nombre aquí y la firma de "recibido" aquí?- Continúa la mujer sonriente.
-Por supuesto.-
Coloco el sobre bajo mi brazo, tomo la tabla y la pluma de la mujer y firmo la hoja.
-¡Excelente! Sería todo, ¡buen día!-
-Gracias, igual.-
La mujer ingresa de nuevo al vehículo y se va.
Ingreso de nuevo a la casa sin dejar de examinar el sobre con la mirada.
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Baby, I'm yours.
Fanfiction➡Tercera parte de "Whatever People Say I Am, That's What I'm Not"⬅ En el último año y medio han pasado infinidad de cosas que el frotman de los Arctic Monkeys y Alexandra Hutton, su novia, jamás imaginaron; en especial el radical cambio que sus vi...
