LXI. ¿Algo que no sepa?

808 56 39
                                    

Abro mis ojos de repente gracias a lo que parece ser un sonido vibratorio.

Puedo asegurar que se trata de mi alarma para ir al trabajo.

No quiero levantarme, estoy muy cómoda y calientita como para salir de la cama.

Alex yace dormido a mi lado, sus brazos me envuelven. No tuvimos ningún acercamiento de tipo sexual pero me siento tan nerviosa, como si hubiese sido nuestra primera vez, ¡pero no hicimos nada!

Con lentitud me desenredo de él para no despertarlo y me siento en la cama, frotándome los ojos con las manos.

Raro, Turner es siempre el primero en despertar pero bueno, asumo que fue una noche larga.

El teléfono sigue vibrando frenéticamente. 

Me levanto despacio y camino hacia la mesita de noche.

No se trata de mi alarma, no es siquiera mi teléfono.

Es el teléfono de Alex, tiene una llamada entrante.

Una llamada de nada más y nada menos que Colin Lester.

Volteo a ver al cantante quien sigue profundamente dormido.

A todo esto, ¿Dónde está mi teléfono?

Miro de reojo por toda la habitación intentando localizar el aparato hasta que me doy cuenta  que éste se halla en el piso, sobre la alfombra a un costado de la mesita de noche.

Bajo de la cama pero piso una sábana que está en el suelo, me resbalo y caigo al suelo.

-¡Mierda!- Susurro.

-¿¡Estás bien!?- Cuestiona una ronca voz con un marcado acento británico.

Levanto la mirada.

-Sí...- Digo aguantando la risa.

Turner se echa a reír y lo sigo.

Regreso a la cama y me introduzco en la sábanas de nuevo.

Alex me abraza y empieza a darme una serie de besos cortos en las mejillas, frente, nariz, en toda la cara.

-No quiero ir a trabajar.- Agrego recostándome sobre su pecho.

-Entonces no vayas.-

-¿Bromeas?-

-No pasa nada si te quedas un día aquí conmigo.-

-Lo dices porque eres millonario.-

Él ríe.

-¡Literalmente!- Insisto y ambos reímos.

-¡Oh, vamos! No sé, podrías quedarte aquí conmigo y ver películas, escuchar música, escribir un poco o simplemente quedarnos en cama todo el día.-

-Tentador... ¿quedarnos en la cama para qué?- Pregunto seductoramente mientras levanto una ceja.

Él se acerca a mí con lentitud, dejando su rostro bastante cerca del mío.

Él se acerca a mí con lentitud, dejando su rostro bastante cerca del mío

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Baby, I'm yours.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora