➡Tercera parte de "Whatever People Say I Am, That's What I'm Not"⬅
En el último año y medio han pasado infinidad de cosas que el frotman de los Arctic Monkeys y Alexandra Hutton, su novia, jamás imaginaron; en especial el radical cambio que sus vi...
-Entonces, ¿alguna idea de a dónde podremos ir?- Pregunta mi prometido. Ambos estamos en el garaje de la casa, en su vehículo rumbo a una aventura hacia un sitio indefinido.
Ni siquiera sé a dónde quiero ir, sólo sé que estoy dispuesta a ir donde Alex me lleve.
-¿Quieres ir por un trago?-
-¿Ehh?-
¿Sería prudente?
-¡Sí! ¡Tal y como en nuestra primera cita!-
Río a carcajadas. Se refiere a mi primera noche en Londres, cuando hicimos una especie de recorrido por sus pubs favoritos y ambos terminamos durmiendo en mi cuarto de hotel en un deplorable estado de ebriedad.
-¡No fue una cita!- Respondo riendo.
-Sí lo fue, querida.-
-No, si hubiera sido una cita ambos lo sabríamos.-
-Bien, bien, tienes razón. ¿Señorita Aly Hutton, aceptaría esta cita conmigo?-
No puedo evitar reír, ¡incluso cuando intenta mostrar seriedad es tan divertido!
-Sería un placer, Señor Turner... ¿pero cree que sea prudente? Tengo un hija y un prometido esperándome en casa.- Respondo imitando su característico acento británico del sur de Yorkshire.
-Por supuesto, Señorita Hutton, nadie tiene que enterarse si no quiere.-
Ambos reímos.
-¡Cielos Al! ¿Esa táctica usas con todas tus conquistas?-
-¿Qué conquistas? Eres la única, cariño.-
Nos miramos unos segundos, él toma mi mentón con su mano derecha y me acaricia.-
-Ya, hablando en serio, ¿es buena idea?-
El cantante se pone los lentes de sol y esboza una coqueta sonrisa.
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-Vamos averiguarlo.-
Salimos de la casa, Al conduce minutos antes de la hermosa puesta de sol californiana. Miro mi reloj, aún es algo temprano, así que no creo que regresemos muy tarde a casa.
Unos minutos después me doy cuenta que no ha doblado a la derecha, en dirección a Fryman Pl, como normalmente hacemos cuando pretendemos ir a Hollywood pero bueno, quizá esté tomando otra ruta por el tráfico.
Creo que lo había mencionado pero el tráfico de Los Ángeles es una verdadera pesadilla. Me toma de 45 minutos a 1 hora llegar al trabajo cuando en realidad no es mucha la distancia que hay entre la casa de Turner y la oficina de Donovan en West Sunset Blvd, aunque es verdad que Alex y yo vivimos en un lugar bastante privado, un poco apartado, a excepción de un conjunto de mansiones muy espaciadas entre sí.
Transcurren varios minutos, estamos transcurriendo Laurel Canyon Blvd cuando llega el tiempo de girar a la derecha para acceder a la rampa Los Angeles/U.S. 101 S/U.S. 101 E pero sorpresivamente el británico no lo hace.