XXXVIII. Una última cosa.

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-¡Por supuesto que iremos! ¿Dónde vives exactamente?- Le digo a Hal con el ánimo más fingido posible.

¿Qué diablos estoy haciendo? ¡Demonios, que alguien me calle!

-En el 6505 de Common Melrose en Melrose Ave.-

-Grandioso, en el 6... 505, como la canción.-

Rio incómodamente, Hal parece no entender.

-¿Ocurre algo?-

-Ehhh, no, nada, no te preocupes.-

Unos segundos después una chica nos llama, volteamos a ver y para mi fortuna el pedido ha salido. 

Pasamos a recogerlo y vamos de regreso a la oficina.

-¿Normalmente comes dentro de la oficina?- Cuestiona Flender sonriendo como siempre.

-No realmente, es que... tengo mucho trabajo y no quería perder tiempo.-

"Mientes Alexandra Hutton, quieres trabajar de más para no pensar en tus problemas" Dice una vocecilla en mi cabeza.

Estamos a un paso de entrar por la puerta principal del edificio de la firma cuando mi teléfono empieza a vibrar y en otro lapso de idiotez lo dejo caer al suelo.

-¡Lo siento, no sé qué me ocurre hoy!- Me agacho al piso lentamente para recoger el móvil, lo cuál es estúpido porque tengo ambas manos ocupadas.

-Oh, espera...- Hal deja la bolsa de papel con comida junto con su bebida en el piso, toma mi teléfono con una mano y con la otra recoge sus alimentos.

-Alguien te llama.- Dice con el teléfono en mano.... mira la pantalla y abre los ojos de par en par sorprendido. -Creo que respondí, discúlpame.-

Quedo boquiabierta por unos segundos hasta que reacciono, tomo mis alimentos con una sola mano y Hal me da el teléfono.

-¿Hola?-

-¿Aly?- Cuestiona una voz con inconfundible acento británico.

-¿Sí?, espera...- Aparto el teléfono mi rostro y cubro la bocina dirigiéndome a Hal. -¿Me permitirías un segundo?-

-¡Claro! Dame eso, te veo en la oficina, ¿sí?- Responde Hal, tomando mis alimentos.

Le sonrío y me despido de él con la mano.

-Listo, ¿qué ocurre?-

-¿Por qué me contestó un sujeto?-

-Ahh, lo que pasa es que estaba regresando de...- Me detengo en seco. -Bueno, eso no importa, ¿qué ocurre?-

El británico suspira.

-¿Cómo siguió Arabella?- 

-Bien, está excelente...- Me quedo callada unos segundos pensando. -Gracias por... ayudar a Andrea con eso.-

-No tienes nada que agradecer, lo hice por Arabella.-

-Ya sé.-

Es la llamada más incómoda que he tenido en mucho tiempo.

-Tenemos que hablar.- Manifiesta el británico.

Mi pulso se acelera de repente, la vista se me nubla por cortos segundos y siento mis mejillas arder.

-Hmmm, de acuerdo.-

-¿Te parece bien saliendo del trabajo?- 

-Ehhh, está bien.-

-¿Paso por ti?-

Un corto silencio invade la llamada.

-No, no te preocupes. Saliendo del trabajo iré.-

Baby, I'm yours.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora