CAPÍTULO 34.

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(Mariano estaba feliz por la llamada inesperada de Dul y no podía evitar esconderlo con una sonrisa, pero ella no había hablado en todo el camino).

•Mariano: Bueno y dime, estabas mal cuando hablamos, si quieres contarme...¿necesitas algo?.

•Dul: - pone los pies sobre la güantera del coche - ¿tienes un cigarro?.

De repente Mariano para el coche en plena carretera, la mira y aparca en el arcén).

•Mariano: ¿Qué?, ¿cómo un cigarro? Tú nunca has fumado, ya neta, cuéntame.

(Dul me mira, coge su chaqueta y sale del coche).

•Mariano: - se baja del coche también - ¡Dul, quítate de ahí, pueden pasar coches!.

(Dul entonces sin hacer caso, se sienta allí mismo y empieza a llorar como nunca. Mariano al comprobar que no era una zona muy transitada, se sienta junto a ella y deja que Dul descargue todo para luego intentar hablar con ella, pero Dul se adelanta a él).

•Dul: - entre lágrimas - perdóname, no sé...No sé a qué estoy jugando, no sé...

•Mariano: Entonces..No...No me has llamado porque sepas qué quieres...

•Dul: - agacha la cabeza y lo niega - Yo...Necesitaba escapar unas horas y...Lo siento. Sé que lo hablamos y no querías verme hasta que no decidiera, pero necesitaba irme.

•Mariano: Sé que esto es difícil para ti, pero Dul a mi esto también me duele, no quiero ser solo tu forma de escapar, porque luego...Luego querrás volver a tu sitio en el mundo...A él, y no sé si podré soportarlo - mira a Dul que tenía a su vez la mirada perdida - bueno, tengo algo que preguntarte.

•Dul: - después de unos minutos - Bueno, ¿me vas a decir o...?.

•Mariano: Bueno es que no te conté porque no tuve, bueno no tuvimos la oportunidad - le da un codazo cariñoso a Dul - cambié de empresa y mañana por la noche hay una especie de evento, ¿querrías acompañarme? Digo, sin compromiso.

•Dul: Pues no creo que pueda porque mañana la banda...- de repente se acuerda de que Ucker se iba a la boda con Claudia - olvídalo, fíjate que mañana me viene perfecto, solo dime dónde y nos vemos allí.

•Mariano: ¡Cómo crees! Te recojo en el hotel y nos vamos.

•Dul: - le abraza - gracias, de verdad.

•Mariano: No....Bueno, hasta donde yo sé no hice nada.

•Dul: - mira al suelo - Sí...Gracias por estar conmigo cuando ni siquiera estoy yo con mi cabeza y...con las decisiones...Bueno, ya sabes.

•Mariano: - sonríe un poco - contigo viví una de las mejores etapas de mi vida, y te lo debo por haberme hecho tan feliz, es así de simple Dul.

•Dul: - sonríe - Bueno...¿Me puedes llevar al hotel? Ya estarán buscándome.

(Emprendieron el viaje de vuelta, sin hablar y Dul con las cosas cada vez menos claras).

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