CAPÍTULO 32.

1.9K 84 0
                                    

(Dul estaba muy enfadada, no quería, no podía ser una más con la que Ucker jugara y ya había jugado bastante. Tenía que tomar ya una decisión, planear su futuro y con quién pasarlo; era curioso, habían ido a decidir sobre el destino de la banda y lo estaban pensando todo, menos eso.

Necesitaba llamar a alguien, desahogarse. Marcó el primer número que se le pasó por la cabeza sin recordar ni siquiera de quién era y cuando lo iba a colgar porque nadie lo cogía...).

•[...]: ¿Bueno? - Dul no respondió - ¿Bueno, quién anda ahí?...¿Bueno? Voy a colgar.

•Dul: ¡No, no cuelgues por favor! Soy...Soy yo.

•Mariano: ¡Dul! Qué sorpresa, no esperaba tú llamada, dime, ¿necesitas algo o...?.

•Dul: - reteniendo las ganas de llorar - En realidad sí...Bueno déjalo, no ha sido buena idea...

•Mariano: No, no, dime, lo que necesites, no tengo nada que hacer.

•Dul: Ya...No, no sé Mariano no sé si ha sido buena idea...

•Mariano: Dul, no estoy entendiendo nada.

•Dul: Solo contéstame una cosa, ¿puedes venir a por mi?.

•Mariano: ¿Ahora?.

•Dul: Bueno, déjalo es una locura.

•Mariano: No, no, no cuelgues, ya estoy saliendo. Espérame y por favor, no te pongas mal.

(Dul estaba casi temblando. Todo lo que hacía con el corazón confundía más las ideas que parecían haberse empezado a colocar en la cabeza. Parecía fácil; dos nombres, una solución. Pero había sentimientos, caricias, miradas e instantes que no podía pasar por alto. Estar con Ucker significaba afrontar a una muchedumbre de paparazzi cada día inventando chismes y haciendo fotos hasta cuando respiraban.

Estar con Mariano significaba vivir con una duda constante sobre qué ocurrió aquella noche y si no ocurrió nada de verdad, por qué si el destino les separó, ellos tenían que cambiarlo. Estar con Ucker significaba estar con un loco que no pensaba en las consecuencias de sus actos. Estar con Mariano, no disfrutar de los límites por ser quizá demasiado responsable.

Y así estaba su mente, confundida. Y ella, confusa).

•Any: ¡Dul caray! Te llevo hablando un buen rato y tú nada, necesito platicar.

•Dul: ¿Qué? Ay Any lo siento es que no me siento muy bien...Pero x, cuéntame.

•Any: Es que mira, ha aparecido la bruja de la loquera y justo cuando Poncho me estaba pidiendo ir a la fiesta con él, que ya sé que es una tontería pero ¡me hacía ilusión! Es como volver a la prepa con los bailes y eso porque míranos Dul ya casi somos viejitas y dentro de poco las cremas no van a perdonar y se nos va a caer la piel poco a poco y....¡Bueno, que esa bruja me ha quitado la ilusión!

•Dul: ¡No pues ya me terminaste de arreglar el día! Pero te entiendo, yo estoy igual - acordándose de Claudia y Ucker - pero no hay nada que hacer.

•Any: Es que no entiendo por qué a nosotras Dul, ¿tanta mala suerte nos merecemos?...Oye espérate, ¿a dónde vas tan arregladita eh?.

Cómo poder recuperar tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora