Regalo.

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Capítulo 4

Un día después de nuestro show con Isabel todo volvió a ser solo él y yo. Nuestra burbuja volvió a cerrarse con solo nosotros dentro.

Diciembre estaba ya sobre nosotros, en solo 18 días seria nuestro tercer baile y las vacaciones comenzarían; a los primeros dos no asistí, no tenía con quien ir así que me la pasé en casa leyendo en mi habitación mientras comía chocolate y bombones; pero esta vez sería distinto porque tenía a Sebastián. Aún éramos amigos, pero eso no nos impedía ir juntos. Además, su madre era la encargada de organizarlo junto a nosotros (el consejo estudiantil).

Por ser el primer día de un mes tan hermoso decidí comprar un regalo para Sebastián, pero no sabía que darle. Tenía que ser algo discreto, pero también algo que le gustara, pensé mucho en ello y al final el último domingo del mes salí con mi familia a un bazar que llegaba cada año, y en el transcurso de ese día termine mi búsqueda complacido.

Claro, me tuve que escabullir por ahí para poder comprarlo sin que mis padres me asfixiaran con muchas preguntas.

El día era frío y en cuanto pasé por la puerta de la escuela me dirigí feliz al salón de Sebastián, sabía que sería el momento correcto para acercarme a él y darle lo que había comprado.

Camino a su salón, una chica de primer grado me llamó desde el otro lado del patio principal, al mirarla note que la había visto antes, alta y delgada de pelo corto, usaba lentes y siempre cargaba con un violín. Antes ya me había saludado y Aytana la había sorprendido mirándonos a escondidas.

-Ten un lindo inicio de mes -me sonrió y corrió a su salón. Solo me quede ahí viendo cómo se alejaba.

-La acosadora...- susurró Aytana a mi oído causándome escalofríos.

-No la llames así -repliqué. -Debo ir con Sebastián, hablamos en el salón -me despedí y salí de ahí en busca de mi objetivo.

Al llegar note que Sebastián charlaba con sus compañeros, al verme cortó la conversación y salió. Metí mi mano en mi chamarra y tome la cajita en la que se hallaba mi regalo.

-Hace frío, ve a tu aula -me ordenó frunciendo el ceño.

-Antes debo darte algo. -Sonreí nervioso y abrí la cajita frente a él. Me miro confundido y me desanimo verlo así. - Anillos de amigos -explique nervioso. ¿Acaso estaba mal?

Me sonrió y tomo uno, se lo puso en su mano y me lo mostró, inmediatamente me puse el mío.

-Gracias. Ahora ve a clase.

Asentí feliz y salí de ahí.

Al llegar a clase, Aytana se encontraba en el lugar de Isabel, me explicó que habían cambiado y eso me puso feliz. Mike, Karl y Axel me saludaron desde el otro lado de la clase. La futura entrevistadora, Aytana, me ahogo en preguntas, y como mi confidente le conté con detalle lo ocurrido y ella feliz me animaba a darle más detalles. Seguro iría a escribir una más de esas historias donde los chicos se enamoran de la noche a la mañana. Como si el amor fuera tan fácil.

Después de las primeras clases me encontraba fuera del aula de Sebastián platicando sobre la organización del baile; quería invitarlo, pero no sabía si era el momento, estábamos a solo 17 días y aun no lograba preguntarle.

-Tu acosadora te busca. -Sebastián miró por sobre mi hombro, y a mis espaldas se encontraba la chica que me había saludado en la mañana, solo la ignoré y negué las palabras de Sebastián. Ni siquiera sabía quién era.

Al terminar las clases me dirigí a buscar a Sebastián. Él estaba en una reunión en su salón con su madre y algunos miembros de el consejo estudiantil. Yo no era miembro oficial del consejo así que las juntas no eran de mi incumbencia. Solo me despedí de ambos y salí de ahí.

Mike me había propuesto acompañarme a casa. En el camino me hizo mención de la chica que me buscaba.

De nuevo con eso, realmente no tenía ni idea de quien era, la había visto mirándome e incluso me había saludado un par de veces, pero yo no lo sentía como acoso. Tal vez solo buscaba mi amistad.

-Ten cuidado. Me preocupa que sea tan acosadora -dijo mientras botaba su balón. Yo lo miraba esperando el momento en el que perdiera el ritmo, el balón rodara por toda la calle y tuviera que correr a por el.

-¿Qué te hace creer eso? Apenas y la conozco -repliqué dando vuelta en la esquina de mi calle.

-Tú a ella sí, pero, ella sabe todo de ti. -Miré a Mike en espera de ver un gesto de estar bromeando, pero su perfil era aterradoramente serio.

-No hay mucho por saber -dije bromeando.

Mike me miró y puso los ojos en blanco.

-Eres demasiado inocente -se quejó.

Solo le agradecí que me acompañara, y entre a mi casa ¿una acosadora?

Subí a mi habitación y caí rendido en mi cama.

El día había sido ajetreado entre las clases y la organización del baile. Alcé mi brazo frente a mí y sonreí ante el brillo del anillo, era sencillo, pero brillaba como mis sentimientos hacia quien tenía a su compañero y por dentro tenía la palabra "Destino" tallada. Mis ojos comenzaron a cerrarse y me quede dormido.

Cuando desperté era casi media noche, no tenía tarea así que no me preocupe. Ya mi hermano estaba dormido y mis padres estarían fuera de casa hasta la madruga; salí de mi cuarto tratando de no hacer ruido y me dirigí escaleras abajo hasta la cocina, tome un vaso de leche y volví a mi cuarto, tome mi celular y comencé a revisar mensajes, leí algunos de Sebastián y sonreí al ver el ultimo "Descansa, gracias por lo de hoy"; deje mi vaso vacío a un lado y me recosté abrazando mi teléfono. Seguí con la revisión y noté algo nuevo, un contacto no guardado.

De: Desconocido

>>Espero verte mañana en la salida, siempre te veo, pero ahora a hablarte. Eres demasiado lindo, no debes estar con él<<

La conversación estaba bloqueada así que solo lo ignore, imaginé que Aytana o algunos del trió me estaban jugando una broma, simplemente lo ignoré y comencé a hacer mi tarea.

A la mañana siguiente desperté al sonar de mi alarma y me dirigí a bañar, me vestí, salí de mi casa y camino a la escuela me encontré con Sebastián; sonreí al ver que llevaba como si de un dije se tratara el anillo que le había regalado.

Al entrar a la escuela una chica corrió a abrazar a Sebastián, no era An y eso era muy notable, la examine de pies a cabeza: era alta, tenía cabello corto y tenía una perforación en la nariz. Después recordé que era parte del equipo de básquetbol femenino, me ignoró por completo y se llevó a Sebastián dejándome solo en medio del patio. Enojado caminé a mi aula.

Después de las clases a la hora de la salida me dirigí al salón de Sebastián, pero ya no estaba. Mordí mi labio inferior conteniendo mi enojo y mis muchas ganas de llorar. Seguramente se había ido con la chica de el la mañana.

Al salir una mano me tomó y me jalo alejándome de la multitud. Al ver quien era me sorprendí. La acosadora me había arrinconado contra la pared.

-Hola, soy Yoli. Bueno, soy Yolzit, pero tu llámame Yoli- dijo sonriente. Realmente no parecía una psicópata o algo así. La salude amablemente y después de charlar un rato camino a casa tome la decisión de probar jugar las mismas cartas que Sebastián, sabía que me arrepentiría, pero la decisión estaba tomada.

A tu lado. (BL)  ■TERMINADA■Donde viven las historias. Descúbrelo ahora