Disculpa.

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Capítulo 33.


Ya en la última semana de Abril la tensión del examen aproximándose se percibía por todas partes; a solo unos meses del examen las cosas se ponían difíciles para los estudiantes. Y aún más para mí, pues sabía que tarde o temprano debería despedirme de Sebastián o al menos por un rato, o al menos en caso de que no quedáramos en la misma escuela.

-Deberíamos salir –me propuso Sebastián.

Las clases habían terminado y como todos los viernes ya me encontraba en su casa.

-No lo sé. Tal vez este fin de semana salga con mi tía. Aunque quiere que salga con ella y con... -fingí tener nauseas.

-¿Con quién? –me preguntó riendo.

-Con Is..saaaa....bllleeeegh –dije dramáticamente.

La madre de Isabel había convencido a mi tía de armar una pequeña cita para que la chica malvada se mostrara arrepentida y se disculpara por sus atroces cometidos. Pero ya me era suficiente verla paseándose en clase.

-No me habías dicho de eso –replicó Sebastián.

-No, no le vi importancia, al final no iré.

- ¿Por qué no?

-No es un asunto del que quiera seguir sacando historia –afirmé cruzándome de brazos.

Sebastián asintió.

-Pero por eso no quieres salir conmigo –replicó molesto.

-No es eso, es solo que aceptare salir con ella si es que Isabel no está presente.

- ¿Por qué no salimos los tres? –me propuso.

Al escucharlo estalle en una carcajada. Llevé mis manos a mi estómago e intenté respirar, pero me era imposible, la risa era demasiada. Me detuve y me senté de nuevo en la cama. Sebastián me miró molesto desde su silla, cruzó los brazos y subió una pierna sobre la otra.

- ¿Es una broma? –le pregunté aun tratando de respirar correctamente.

-No –contestó molesto –. No me gusta tu actitud arrogante tuya. Sé que puedes perdonar a alguien como Isabel –se levantó de su silla y caminó hasta quedar frente a mí, aun cruzando los brazos.

-No puedo –miré el suelo y negué.

-Sé que sí, solo necesitas hablar con ella.

-No quiero hacerlo, tengo miedo –mi voz temblaba y sentía las lágrimas a punto de salir.

- ¿De qué? –me preguntó. Paso su mano por mi mejilla y al ponerla en mi barbilla la elevo hasta que nuestros ojos se encontraron.

-De que esta vez pueda separarte de mí –susurré y comencé a llorar.

Ahora era él el que reía, pero no como yo lo había hecho, su risa era más tranquila, incluso triste.

-Han pasado muchas cosas Danny –dijo mi nombre con cierto aire de dulzura y me calmó el escucharlo. –Aun cuando han querido separarnos, no lo han logrado. Ella no me llevara a ninguna parte, yo quiero estar a tu lado.

-Sebby –susurré y me besó, secó con sus pulgares mis lágrimas y apretó mis mejillas acercándome más a él. Nos separamos y sonreí. Me sentía más tranquilo, sus palabras me hacían sentir más tranquilo.

-Salgamos los cuatro, ¿sí?

Mordí mi labio inferior. No sabía si era la mejor opción, pero Sebastián me había hecho sentir más seguro, y no podía seguir con esa actitud y desconfiar de él. Debía demostrar que creía en él. Asentí y lo besé de nuevo.

A tu lado. (BL)  ■TERMINADA■Donde viven las historias. Descúbrelo ahora