La llegada de Axel.

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Capítulo 17.


Sebastián vestía el pantalón de la escuela, una camisa blanca y sobre ella un suéter color azul. Me sonrió y me dio un casto beso en la comisura de la boca.

-Buenos días -le salude sonriendo. -Tu celular y tu chamarra -le di ambas cosas e iniciamos nuestra caminata a la escuela.

- ¿Cansado? -me preguntó.

Seguramente había notado que estaba algo pensativo. Porque así era, no me sacaba de la cabeza lo que había pasado con Isabel y quería que él se apresurara a contármelo, pero sólo arruinaría las cosas si me dejaba llevar por mi inseguridad y lo presionaba.

-Sí, un poco. Deberían darnos el día libre -puse los ojos en blanco e hice un puchero.

-No es para tanto -río y se creó un corto silencio.

-Sebby...

-Danny...

Nos llamamos al unísono, reímos y lo miré callado para que prosiguiera.

-Sobre lo que te quería contar... -meditó sus palabras.

-Dime -alenté. Aunque por dentro estaba emocionado por fuera estaba serio.

-Isabel me regaló un muñeco de felpa ayer. Sinceramente era muy feo y no me gustan esas cosas –dijo haciendo una mueca de disgusto.

Reí y negué con la cabeza.

-Lo sé -confesé.

- ¿Qué no me gustan los muñecos de felpa? –me preguntó con sarcasmo.

-No –respondí incómodo. –Vi cuando ella te lo dio.

- ¿En serio?

-Ayer, los vi antes de que mi tutora llegara... Fue incomodo -se me creó un nudo en la garganta, no quería seguir hablando de ella y seguramente él tampoco quería.

-Se lo regale a mi prima -se agachó un poco y besó mi mejilla.

Me abrazó por los hombros y caminamos un rato más a paso lento hacia la escuela. Me lo había dicho, eso significaba que por más pequeño e insignificante fuera el asunto él me lo contaría y yo debería estar seguro de eso.

Llegamos a la escuela y la señorita Elena me miraba fijamente por encima de sus gafas que resbalaban por el puente de su nariz. Lo acompañé a su aula y subí a la mía. Entré y Mike estaba haciendo algunos pases junto a Axel, el cual, después de un tiempo por fin volvía a clases, seguramente él no se graduaría con nosotros.

- ¡Danny! -gritó Axel y corrió a darme un abrazo. -Eres al único que extrañé.

Era rubio y tenía unos enormes ojos miel, su cabello cubría sus delgadas cejas, y aunque solo era más alto que yo por unos centímetros, tenía la costumbre de tratarme como alguien pequeño a su lado. Aytana insinuaba que él era un admirador secreto mío, pero, aunque lo fuera yo estaba fuera de su sitio.

- ¿Dónde estabas esta vez? -pregunte mientras tomaba asiento. Él se sentó frente a mí, en el lugar de Aytana.

-En España, tío -bromeó con acento español.

Levante una ceja inquisidora.

-En Acapulco –corrigió. -Mis padres se dieron una escapada. Terminaré dando la secundaria a distancia.

-Deberías empezar.

Se acercó a mí y me sonrío, sus grandes ojos miel me intimidaban, pero no era algo a lo que le regalara más atención de la que debía.

A tu lado. (BL)  ■TERMINADA■Donde viven las historias. Descúbrelo ahora