La amenaza se salió de control.

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Capítulo 25.


- ¿Qué hora es esta de llegar, Danny? - mi piel se erizó al escuchar la voz de mi madre. Realmente no era tan tarde.

Volteé y estaba a punto de dar una explicación que tuviera que ver con los maestros, pero quedé atónito al ver a mi tía y no a mi madre. La típica broma de espantarme fingiendo ser mi madre.

Corrí a abrazarla, siempre era bueno que estuviera en mi casa.

-Me asustaste. 

-Dime dónde estabas- por su semblante parecía ya no ser un juego.

-Con "él" - dije mirando el suelo.

Me abrazó y me dio unas palmaditas en la espalda. -Isabel ha estado aquí.

Me aparté de ella y la miré confundido. - ¿Por qué?

-Dijo que tenía un asunto que hablar contigo, creí que lo podía tratar conmigo, pero me ha dicho que es un secreto.

Le pedí a mi tía que pasáramos a la sala, le conté todo sobre el chantaje de Isabel y me regañó por no haber hablado antes, sabía muy bien que tanto ella como Sebastián tenían razón. Debí pedir ayuda tal vez de ser así Isabel no estaría causándome problemas.

- ¿Venia con alguien más? - pregunté mientras me planteaba la posibilidad de que esto tuviera que ver con Axel.

-No, pero preguntó por Abraham y parecía molesta.

Me disculpé con mi tía y subí a mi habitación. Si mi sospecha era real Axel tendría que haber hecho enojar a Isabel. Pero... ¿mi hermano? qué tenía que ver él.

Llamé a Isabel, pero no respondió, después de una llamada rápida con Karl, para que me proporcionara el número de Axel, lo llame.

-Hola- respondió.

- ¿Qué ha pasado con Isabel? - pregunté alarmado.

-Danny. No te enojes.

Lo sabía. Algo había fallado.

- ¿Qué... ocurrió? - la voz y las manos me temblaban, tenía miedo de lo que estaba por pasar.

-Isabel me pidió que termináramos con esto. Dijo que había encontrado a alguien más. Trate de detenerla, pero dijo que ya no era útil para ella.

No podía siquiera hablar, tenía miedo de lo que Isabel estaba a punto de hacer.

- ¿Ha dicho algo sobre mí?

Se quedó en silencio y después de un tiempo volvió a hablar: -No, bueno, dijo que iría a verte.

Terminé la llamada y bajé las escaleras corriendo. Debía ir a buscarla y hacer otro trato o solucionar todo de una vez. Después de hablar con mi tía iría con Sebastián y lo arreglaríamos, esto terminaría y ya no me tendría que preocupar por ella.

Al llegar al final de la escalera me congelé al ver a mi familia junto a Isabel y quien parecía ser su madre. Las piernas me temblaron y el aire me faltaba.

Observé a Isabel. Me miraba sonriente, victoriosa. Ambos sabíamos que esto solo saldría bien para solo una persona. Su mirada me hacía sentir pequeño, inútil, cobarde e incluso controlado.

Mi padre presento a ambas familias en cuanto el padre de Isabel entró. Me mostré sonriente y tranquilo ante su presencia, aunque, por dentro, me moría por tener una explicación.

- ¿Me acompañas a la cocina, Danny? - dijo mi tía con una amable sonrisa.

- ¿Qué está pasando? - pregunté a mi tía. Ella cerró la puerta después de asegurarse de que nadie venia tras nosotros.

A tu lado. (BL)  ■TERMINADA■Donde viven las historias. Descúbrelo ahora