Besos en el museo.

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Capítulo 24.

Sebastián soltó una pequeña risa y me abrazó.

-No te pongas tan tenso, solo fue una broma –explicó.

Aytana estaba igual de tensa que yo. ¿Sebastián bromeando? ¿Qué seguía? ¿La maestra Elena tratándome como su alumno favorito?

Asentí y comenzamos a caminar a casa, me pidió que pasara un rato en su casa, pero me tuve que negar, últimamente llegaba tarde a casa por estar con él y si mis padres lo notaban comenzarían a castigarme.

Para mi buena suerte mi madre se encontraba sola en la sala, al verme me sonrió y terminó la llamada que hacía.

-Veo que llegas temprano –me comentó mientras veía la hora en su reloj de mano. - ¿Quieres comer?

-No –respondí, me senté a su lado, en el sofá y dejé mi mochila a un lado. Ella miró la hoja que sostenía y la tomó.

- ¿Los llevaran a un museo? –siguió leyendo. - ¿Por calificaciones? ¡¿Ya te dieron las calificaciones!?

Oh... mi madre siempre tan distraída.

-No, aún falta una semana para eso –respondí. –Si quieres dejarme ir firma.

Me miró por un segundo, lo dudó y luego me estiró su mano.

-Dame una pluma –sonreí y después de buscar en mi mochila le di la pluma con la que firmó mi permiso para pasar un día completo a un lado de Sebastián.

-Gracias –dije y la abracé. Mi hermano nos interrumpió, no quiera hablar mucho con él así que me dirigí a mi habitación.

Tomé mi teléfono y llamé a Aytana.

- ¿Te firmaron el permiso? –pregunté emocionado.

-Afirmativo –contestó con voz de soldado.

-La operación cita que no es una cita con Sebby comienza.

-Usted de las ordenes mi capitán –casi podía imaginarla haciendo un saludo llevándose la mano a la frente.

-Ay –la llamé con nostalgia. Miré el permiso que estaba en mi mano y suspiré. - ¿Cuánto tiempo más crees que pueda estar con él?

-Danny –me llamó molesta. –No debes preguntarte eso. ¿Cuantas cosas han pasado en solo un año? Isabel, Michelle, Yoli, Axel... hasta los maestros. Piensa en lo que han superado y verás que lo que viene lo superaran.

- ¿Así de fuerte es lo que sentimos?

-Así de fuertes son. ¡Danny y Sebby contra el mundo!

Solté una risita. –Gracias Ay. Eres la mejor.

Mi molesta alarma sonó, saqué mi mano de las cobijas y traté de tomar mi teléfono tirando algunas cosas que se interponían en mi camino.

Después de una hora ya estaba en mi aula esperando a Aytana. Salimos al patio principal donde nos esperaba un autobús. Hacía frío y el cielo estaba gris, casi podía escuchar a mi madre pidiéndome que llevara un paraguas ya que llovería, pero al final olvide tomarlo.

- ¡Sí llegue! –gritó Aytana abrazándome por la espalda. –Estoy helada –dijo antes de poner sus manos sobre mis mejillas.

Di un paso al frente y reí. –Moriremos congelados.

-Que dramático –dijo riendo.

Las risas pararon cuando vimos a Sebastián dirigirse a nosotros.

A tu lado. (BL)  ■TERMINADA■Donde viven las historias. Descúbrelo ahora