『 Cαpίтυlo 32』

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“Hubiese sido mejor matarte”

Jimin entró con una pequeña incomodidad en su cuerpo, el letrero en una puerta en donde decía “DIRECTOR” caminó hacia él, tomando de la perilla para después soltarla y darse un pequeño golpe en la frente. Tenía que ser educado aunque sea por una maldita vez en su vida.

Tocó la puerta escuchándose un “Adelante”.
Jimin entró asomando de su cabeza, dando una  ligera sonrisa para así pasar e inclinar nuevamente la cabeza en señal de respeto.

—Buenos días, señor director.

—Buenos días, muchacho —El viejo tenía la mirada hacia abajo, escribiendo con pluma sobre unos papeles que al parecer eran importantes —Adelante, ¿qué necesitas?

—Verá… me encantaría saber sobre un alumno… ha faltado mucho tiempo y él no es de faltar —Jimin se encogió de hombros, tratando de mostrarse lo más normal posible —No sé si habría posibilidad de saber que le ha sucedido.

El director paró en seco de escribir, levantando la mirada para seguido de eso dejarla pluma y subirse los lentes por su nariz.

—¿Nombre?

—Jeon Jungkook… ese es su nom…

—Ahh… —El director interrumpió con una sonrisa y un jadeo —Ese muchacho era un excelente estudiante.

—¿Era? —Jimin elevó una ceja preocupado, su cuerpo comenzaba a sudar con una corriente fría.

—Así es, al joven Jeon Jungkook lo acaban de dar de baja.

Y fue entonces cuando las piernas de Jimin temblaron de tan sólo la impresión,tuvo que sostenerse de la orilla del escritorio del director para no caerse, su vista e incluso se nubló.

—¿Estás bien, chico? —El viejo se levantó de su cómoda silla, tomando de un brazo a Jimin.

—M-me gustaría saber por qué lo dieron de baja…
Tartamudeó tratando de mirar a los ojos del mayor.

—Su padre lo enviará a Canadá, si no es que ya lo envió.

Todo… absolutamente todo el mundo de Jimin cayó sobre el vil infierno, su respiración comenzó a faltar de la nada, llevándose una mano al pecho se levantó casi del suelo para negar con la cabeza, incrédulo de lo que el director decía.

—¿Ese chico era tu amigo? —El director preguntó luego de ver el estado de Jimin, suspirando pesadamente —Sé cómo te sientes. Su mejor amigo comenzó a llorar en cuanto le dijimos, él también vino a preguntar.

—Lamento la molestia —Jimin asintió con la cabeza para girarse rápidamente y salir de aquel lugar de la perdición, salió e incluso corriendo del lugar, chocó con una que otra persona pero no le dio importancia hasta que llegó con Jin, quien lo esperaba con los ojos rojizos.

—¡Jin! —Jimin lo tomó de ambos hombros,  agitándolo sin brusquedad —¡¿Verdad que no?! ¿¡Verdad que Jungkook no se ha ido?

Jin suspiró pesadamente para apretar de sus labios hasta dibujar una línea, sus lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos sin parar, e incluso tuvo que tomar aire para hablar.

—¿Tú sabes lo que su padre le hacía, no? —Jin dijo y Jimin asintió —Pues no nada más se irá Jungkook, sino su padre también.

—¡¿Qué?! —Jimin negó con la cabeza, soltando los hombros de Jin para llevarlo a su cabello, desordenándolo para mirar hacia el suelo

—No… Jungkook no se irá, y mucho menos con él.

—Yeoul… ellos probablemente ya se fueron.

—¡No! —Jimin gritó eufórico, llamando la atención de una que otra persona que estuviese a su alrededor —¡No! ¡Todavía hay probabilidad de que no!

Jin negó lentamente con la cabeza, mirando al suelo, dando a entender que él ya había aceptado la realidad. Jimin desapareció de la vista de Jin, en cuanto volteó Jimin corría desesperado hacia la salida, hacia afuera de la universidad.

🍃🍁

Abrió la puerta de su casa para azotar de ella sin cuidado alguno, cada parte que miraba estaba Jungkook. En el sofá. Miró y recordó la vez que se quedó dormido como un dulce conejito, volviendo a su realidad, corrió hacia las escaleras, recordando que en ellas subió a Jungkook llenándose de besos y caricias, pero nuevamente lo ignoró.

—¡Jungkook, aún no se ha ido!

Bufó él mismo, abriendo la puerta de su habitación, mirando la cama donde ambos se habían entregado en cuerpo y alma, un golpe que brotó por segunda vez las lágrimas del pelirubio.

Negó con la cabeza mientras frotaba de sus ojos para quitar Las lagrimas que salía de ellos.. Se quitó su chaqueta para sacar de su pantalón de mezclilla su teléfono, buscando algún número de una persona que le pudiese ayudar a entrar a la mansión de los Jeon.

Haría todo lo posible, aunque le costara la muerte.

Cuando comenzó a bajar su dedo para ver los contactos, una llamada entrante apareció, erael nombre de Namjoon. Joder, no estaba para sus estupideces pero definitivamente no podía ignorarle, así que suspiró hondo y contestó la llamada para afrontar todo lo que viniese.

—¿Sí, hola? —Jimin contestó  normal y como si nada.

—Jimin. Las tres semanas han pasado… —El hombre musitó, por el otro lado de llamada, Namjoon tomaba su teléfono y con la otra mano un arma de plata.
Jimin suspiró pesadamente, negando con la cabeza y abrir los ojos.

—Lo sé. Pero ya cumplí mi misión.

—¡¿Cómo?! —Namjoon dejó el arma sobre la mesita de su sala, levantándose del inmenso sofá —¿Estás jugando, verdad?

—Jamás lo haría —Aseguró —Ésta mañana despertó junto a mí el heredero Jeon Jungkook…y adivine qué traigo entre mis manos en este momento…

—¿En serio tuviste que acostarte con él para poder…?

—Pero valdrá la pena, así que, si me permite, estoy en algo sumamente importante.

Jimin pudo notar que la alegría de Namjoon explotó de la nada, su sonrisa malévola le hizo erizar la piel.

—Perfecto, márcame en cuanto todo se dé. ¡Joder, Jimin! ¡Sabía que eras el indicado!

La llamada por fin terminó, Jimin bajó el teléfono lentamente de su oreja hasta parar allado de su cadera. Su cara entristeció por completo, ¿Por qué le había dicho aquella mentira a Namjoon? Porque simple y sencillamente iría con todo hasta la mansión de los Jeon, afrontándose a todo lo que viniese, incluso podría morir, había cámaras y guardaespaldas por doquier.

Era un hecho que no saldría vivo, pero por lo menos, quería ver a Jungkook una última vez, sin importar que la última vez que lo viera fuese con una maleta en su mano, o lo peor… Solamente una foto de Jungkook en la habitación deshabitada.

Giró la cabeza para dejar el teléfono sobre el buró pero de la nada comenzó a sonar, era el fastidioso de Namjoon…Jimin puso sus ojos en blanco, contestando la llamada para pegar el teléfono a su oreja.

—¡Joder! ¿Y ahora, qué?

—Jimin… —Jimin soltó un fuerte suspiro,una sonrisa se escuchó del otro lado de la llamada

—Gracias, al fin que contestas…

El corazón de Jimin volvió a latir de la misma forma que hace diez días…

🍃❤





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