''Jungkook es el resplandor de mi oscuridad''
¿Cómo se siente el amor?
Jimin no estaba seguro, jamás lo había sentido.
Jimin había besado a muchas chicas, e incluso hombres, pero todo por placer, jamás por gusto o por sentimientos... entonces, ¿por qué con Jungkook sí?
La noche de la madrugada invadía alrededor del pelirubio. Jungkook dormía en la otra casa de campaña junto con Jin, confiaba en su amigo, sabía que Jin no era capaz de hacerle algo, pero entonces, ¿por qué le incomodaba el hecho de que durmiesen juntos?
Mientras que, Jimin dormía con Hoseok y Lisa. En la esquina de la mini casa de campaña, escuchando las cigarras que se adueñaban de la noche, la tensión estaba sobre el cuerpo de Jimin, ansiedad y sobre todo estrés que no le permitía dormir.
Así que decidió salir de la casa de campaña para fumar un cigarro, tal vez eso lo calmaría y le permitiría dormirse. El frio entró por todo su cuerpo al salir, uno que otro grupo estaba aún con las fogatas, simplemente lo ignoró alejándose de la casa de campaña, dirigiéndose a los árboles.
Colocó el cigarrillo en su boca, y prendió el cigarrillo con el encendedor, recargándose sobre un árbol y frotándose su brazo con la otra mano, tratando de calmar el terrible frio que se presenciaba sobre el bosque.
Le dio una fumaba a su cigarro, inhalándolo para sacar el humo por la nariz mientras miraba la preciosa luna que lo acompañaba ensu soledad, dando una ridícula sonrisa, como si fuese capaz de mirarle o responderle.
—Preciosa Luna... —susurró entre dientes —Eres la única que me has acompañado en mi soledad... siempre... siempre desde niño —
agachó la mirada, recordando con odio que,cuando su padre abusaba de su débil y pequeño cuerpo, solía subir a la azotea para llorarle a la Luna, y él estaba seguro de que ella lo escuchaba y lo mimaba entre todos sus llantos.Hasta que llegó a su mente un recuerdo... En la Luna recordó los ojos de Jungkook. Quienes antes de besarlo, se reflejó a través de sus ojos.
—Así que... ¿fuiste tú la que me impidió matarle?— alardeó con una sonrisa, dándole otro galón a su cigarro —Como siempre, protegiendo lo más hermos...—paró en seco, maldiciéndose por casi halagar a Jungkook, negando con la cabeza y mirar nuevamente hacia el cielo —Mierda...
—Diablos... —Hoseok cubrió los hombros del pelirubio con una frazada —De por sí me das miedo, y ahora hablando solo, me das más.
—¿Hoseok? —frunció el ceño, mirando a través de sus hombros la cobija que comenzaba a calentarlo
—¿para qué viniste?——Hace frio...—se encogió de hombros, dándole una sonrisa —Con la chamarra que tengo no me da frio, pero tú... mírate, estás muy primaveral con una playera corta y temblando... te enfermarás.—
—Mierda Hoseok... —bufó apagando el cigarro con la suela de sus zapatos —Respóndeme algo.
—¿Sí?—
—¿Por qué siempre estás cuidándome? O cosas por el estilo, como, invitándome a todo,halagándome, ayudándome. ¿qué acaso, no me odias por tratarte a veces mal?—
—No. Jamás. —negó rápido, dando un breve suspiro—Sé que detrás de esa mascara fría que tienes... eres una persona increíble.
Jure amí mismo que, te apoyaría en todo, porque séque tu carácter se volvió a base de tu pasado.—
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EL SICARIO¹〖JIKOOK〗
AcciónLa misión era como cualquier otra; fácil, sencilla, común, nada fuera de lo que día a día hacía. Quién diría que Jungkook, el heredo de la familia Jeon, fuese un caso imposible. Y no precisamente por ser un chico peligroso, sino al contrario, por...