EL SICARIO¹〖JIKOOK〗

『 Cαpίтυlo 33』

"Colócale sal a tus heridas, y verás que duelen, pero sanarán con el tiempo"

La tranquila y suave voz de Jungkook lo hizo caer sentado sobre la cama, sosteniendo con ambas manos el teléfono, su corazón latía rápidamente sin nada qué responder, quedó  mudo ante su dulce voz.

—¿Jimin? P-por favor, di algo...

Nuevamente la voz de Jungkook resonó por el teléfono hasta chocar con el punto dulce de su corazón, suspirando pesadamente para poder responder.

—sigo aqui Jungkook...

—¡Escucha! Sé que estás furioso, y lo comprendo pero, pasaron tantas cosas desde el momento en que llegué a la mansión, mi padre regresó justo el día en que tú me trajiste, me quito mi teléfono y...

—¿Te irás a Canadá? —
Jimin le interrumpió con un hilo de miedo, a pesar de todo, adoraba escuchar nuevamente su voz.

—¿Eh? S-sí, sí me iré. ¿Cómo lo sabes?

—¿Desde hace cuánto te ibas a ir?

—Jimin, necesito que me escuches, ¡No me queda nada de tiempo, sí algún guardaespaldas me ve...!

—¿De dónde me estás marcando?

—Del teléfono de mi nana, me dejó llamarte. Pero ella también está muriendo de nervios, así que, por favor, te lo imploro escúchame.

—Te escucho.

—De acuerdo, los guardias, todos sin excepción alguno, me delataron con mi padre,le dijeron respecto a lo de MingYu, que me veía con él, y en base a eso, me quitó el teléfono y ya no me dejó ir a la universidad, ni siquiera salir de la mansión. Y con miedo a que escape o algo así, me llevará a Canadá, sólo él... y yo.

De acuerdo, sí Jimin estaba furioso en estos momentos estaba el triple de furioso.

—¿Cuándo te irás? —Jimin decidió preguntar, directo y seguro.

—Pasado mañana.

—¿Quién está en estos momentos en tu casa?

—Mi nana, los guardaespaldas y yo.

—¿Tus padres dónde están?

—Papá fue a comprarle ropa a Mamá, ya que ella se quedará en Corea, pero bueno, ¡Quiero despedirme de ti! Y...

—¿Te quieres ir con él? —Preguntó con miedo su respuesta.

—¿Qué? ¡Claro que no! Pero no tengo opción...

—Alista tus cosas, iré por ti —
Avisó Jimin, saliendo de la habitación para ir a uno de los cuartos en donde guardaba sus pertenecías para trabajar como sicario.

—¿Qué? P-pero, ¿Qué estás diciendo?

—Vámonos, Jungkook —Se detuvo a medio camino, esperando con entusiasmo la respuesta de Jungkook.

Jungkook sonrió ligeramente desde la otra llamada, mirando a su nana, quien lo apresuraba con desesperación.

—¿A dónde? —Jungkook preguntó con una sonrisa, mariposas brotaban sobre todo su estómago.

—¿Te gusta París? No sé, donde sea. Pero vámonos... Necesito que me ayudes con algo, necesito que desconectes todas las cámaras de seguridad que tenga la mansión. ¿De acuerdo?.