“Paciencia"
El maravilloso atardecer se estaba dando.
El sol se ocultaba mientras que la noche comenzaba caer.
Sus bellas estrellas brillaban por todo el exterior mientras que, la luna les alumbraba el bello ventanal de la habitación.
Jimin y Jungkook llevaban entre sus manos las grandes maletas para poder irse. Jimin suspiró por última vez al ver su inmensa casa, claro que le dolía. Le había costado tiempo y esfuerzo por lograr tener todo lo que tenía.
Pero en estos momentos Jungkook era el que estaba su mente, con el dinero que había recibido de la misión de Namjoon era más que suficiente para volver hacerse de una casa.
Sólo que esta vez, en París.
—¿Ya listo, Jungkook? —Preguntó Jimin, sosteniendo de su mano para hacerlo caminar hacia fuera de la habitación.
—Si.—Murmuró entre dientes, mirando por última vez y salir completamente de la habitación.
Ambos bajaron pero todo el tiempo con las manos entrelazadas. Jimin estaba con la mirada perdida e incluso su pulso llegaba a la mano de Jungkook. Estaba nervioso, probablemente asustado y eso vaya que lo notó Jungkook.
—¿Estás bien? —Volvió a preguntar Jungkook, tratando de buscarle la mirada.
—Sí, todo bien —Le miró con seguridad, sonriéndole empáticamente —Sólo con un poco de nervios, pero es normal. ¿Cómo estás tú? ¿No te duele nada?
—Mm, solamente el labio —Elevó su mano al mencionado, sintiendo la pequeña hinchazón de la mordida —A todo esto... ¿Qué pasó con Yoongi?
Jimin besó de su cabellera, mirándolo con fijación a los ojos
—Tranquilo —Apretó de su mejilla dibujando una sonrisa —Obtuvo lo que merecía, es lo único que te puedo decir.
Jungkook frunció el ceño para seguido de eso elevar una ceja. Estaba con la duda, pero prefería dejarlas cosas así, quería pensar que todo había quedado en una golpiza. Siguieron con su rutina. Jimin se había asegurado de llevar todo consigo, tanto papeles y dinero.
Todo lo dejarían, las armas, evidencia, todo. No importaban las consecuencias. Salieron ambos de la lujosa casa, Jimin miró por última vez la sala, suspirando pesadamente para con lentitud cerrar la puerta, soltando finalmente la perilla de la puerta.
Sus manos sudaban al compás de que temblaban, tenía un mal presentimiento, pero simplemente quería ignorarlo.
—Piensa positivo, Jimin...
—¿Dijiste algo? —Jungkook le preguntó desconcertado, creyendo que le había hablado.
—No, nada —Reaccionó distraído, cerrando la puerta con velocidad y caminar junto con Jungkook hacia el auto.
Ambos subieron, las maletas las colocaron en el asiento de atrás. Jungkook subió del lado del copiloto con ambas manos entrelazadas, mirado al frente con los ojos cristalinos. Quería llorar, en su garganta nacía un gran nudo que gravemente contenía con toda voluntad.
Jimin subió de igual manera, mirándolo con una ceja arqueada, girándose en su mismo lugar para tomar entre sus manos las mejillas de Jungkook.
—¿Jungkook? ¿Qué pasa? —Preguntó el pelirubio, besando de su nariz.
—Quiero llorar de felicidad... Estoy feliz de que por fin nos vayámos.
—Oh, bebé —Aún con el rostro de Jungkook entre sus manos, guió dos dedos a sus ojos para poder limpiar las pequeñas gotas de lágrimas que caían —No llores, tranquilo ¿Ok?
ESTÁS LEYENDO
EL SICARIO¹〖JIKOOK〗
ActionLa misión era como cualquier otra; fácil, sencilla, común, nada fuera de lo que día a día hacía. Quién diría que Jungkook, el heredo de la familia Jeon, fuese un caso imposible. Y no precisamente por ser un chico peligroso, sino al contrario, por...