✿CROSSOVER PERCY JACKSON Y HARRY POTTER✿
Rose no soporta más vivir con dolor.
Los dos hermanos más grandes la ignoran completamente,
otros dos le hacen bromas cada vez que podían,
su hermana pequeña siempre la mira con odio,
sus padres al parecer...
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Andrew
Coloque uno de sus brazos alrededor de mi cuello y pase mi brazo bajo sus piernas. La chica se había quedado profundamente dormida cuando la levante.
Yo llevé a la chica y Annabeth llevó a Grover a la enfermería, allí se encontraba Michael Yew, un hijo de Apolo, haciendo turno de noche.
Sus ojos azules se abrieron de par en par al ver lo cargados que íbamos.
—Andrew, Annabeth, ¿que paso? ¿Ese es Grover? ¿Quien es la chica? —Balbuceo.
—Si, ese es Grover, la chica no sabemos quien es y no estamos totalmente seguros de lo qué ocurrió—Respondí.
—Un monstruo los atacó mientras venían al campamento, pero no sabemos mas. —Dijo Annabeth.
—Está bien, déjenlos aquí.
Me mostró una camilla y deje a la chica en ella.
La mire, tenia el cabello negro y sus ojos los había visto antes de que los cerrara cuándo se desmayo, eran verdes pero verde mar... muy hermosos. Vi que sostenía algo muy fuertemente... una especie de... palo. Lo tomé, obviamente se lo iba a regresar pero cuando despertara.
—Andrew, Annabeth, Gracias por traerlos —Nos dijo Michael— Me encargo yo ahora, vayan a descansar.
—Gracias Michael, nos vemos, cualquier cosa que necesites ve a la cabaña 6 ¿Vale?—Dije.
—Vale, nos vemos.
—Adiós —dijimos los dos.
Mire a la chica por ultima vez antes de irme.
Tenia el presentimiento que iba a ser un gran cambio en nuestras vidas, para todos nosotros.
—¿Estas pensado lo mismo que yo?—Me dijo Annabeth cuando nos alejamos de la enfermería.
—¿Te sorprende?
Annabeth rodó los ojos exasperada.
—Sabemos que esa chica es especial&Dijo ella y yo asentí—¡Tal vez ella nos llevé a una misión!
Ahora fui yo quien rodó los ojos.
—Annabeth...—Dije lentamente— Recuerda lo que dijo Quiron, todavía no es nuestro momento.
—¡Ya se lo que dijo!—Se irritó&Pero estamos listos, lo sabes, ¡Somos mellizos!
—Annabeth...
—Agh... está bien.
Caminamos hasta nuestra cabaña y nos acostamos en nuestras respectivas camas, pero no podía dormir. Sentía que grandes cosas iban a pasar después de este día y todo tenía que ver con aquella chica.
