✿CROSSOVER PERCY JACKSON Y HARRY POTTER✿
Rose no soporta más vivir con dolor.
Los dos hermanos más grandes la ignoran completamente,
otros dos le hacen bromas cada vez que podían,
su hermana pequeña siempre la mira con odio,
sus padres al parecer...
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Percy
Cuando una voz desconocida resonó detrás de nosotros, volteamos inmediatamente. Una mujer alta de cabello negro y ojos morados nos veía sonriendo o bueno, más bien a mi. Estaba vestida con una capa negra y un vestido griego, negro igualmente con detalles morados, anillos de plata y un collar con un símbolo.
—Sra. Hecate —Quirón fue el primero en hablar y se arrodilló ante ella. Nosotros seguimos su ejemplo.—¿A que se debe su visita?
Hécate hizo una seña con sus manos para que nos levantamos.
—Escuche la nueva profecía —Confeso ella.— y estoy dispuesta a ayudarles a llegar a Hogwarts.
—¿Ellos nos aceptarán?—Frank preguntó inquieto.—Tanto para ellos como para nosotros sería muy raro aparecer de la nada.
—No se preocupen de eso —Nos tranquilizó la diosa.— Tengo la coartada perfecta la cual hablaré con su entrenador, Albus Dumbledore nos ayudará también.
—¿Es el dueño del internado psiquiátrico?—Thalia volteo hacia Nico, quien solo se encogió de hombros.
—¿Cuando saldremos a la misión?—Pregunto Andrew frunciendo el ceño.
Tragué saliva nerviosa.
—Lo discutiré con su entrenador —Contesto Hécate con simpleza.— Percy, debes estar emocionada con regresar, hace mucho tiempo dejaste tus raíces ¿Hace cuanto ya?
—Hace 9 años atrás —Conteste cabizbaja.
Hécate rio. Siguió hablando de lo emocionada que debía estar y el como Hogwarts perdió a una hechicera sorprendente. Parloteo con mis amigos sobre el mundo mágico pero estaba que comenzaba a llorar. No me hacía gracia todo esto.
Un pinchazo ocurrió en mi cabeza, cada vez más fuerte, por lo que salí huyendo de ahí. Andrew me llamó, pero estoy segura que capto la indirecta de que quería estar sola un momento. Fui a la parte de atrás de mi cabaña y lloré. Hace un año que no lloraba de esa forma, después del funeral de Annabeth no volví a hacerlo, pero ahora lo necesitaba.
9 años no fueron suficientes para olvidar los maltratos de los Weasley. Puede que haya pasado muchas cosas peores, como el Tártaro por ejemplo, pero ni eso podía olvidar. Todo permanecía lucido en mi cabeza
—Eres fuerte mi niña, mucho más que yo, saldrás de esta, confío en ti, se que me encontrarás...
—¿Papá?
No volvió a hablar.
Lo único que escuchaba eran las olas de la playa y la brisa marina. Me quedé sentada en la orilla hasta que ya estaba anocheciendo. Ya había calmado mi llanto pero me sentía sin fuerzas, como si me hubieran tirado a una lavadora.
