Capítulo 8. Un concepto de Amor. Parte 3

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El tiempo no es muy buen aliado cuando precisas de algo; y es aún peor cuando sabes que tienes algo pendiente por hacer.

La semana de clases acabó.

Naruto seguía con dudas... Sasuke seguía evitándolo...

Ninguno de los dos se dirigió la palabra en ningún momento.

Uno estaba herido y molesto... el otro estaba arrepentido e inseguro.

La distancia es relativa dependiendo de lo que quieras; sentados en la misma mesa, separados físicamente solo por una persona; pero emocionalmente, había un abismo entre ellos.

La tensión en el aire. Palabras guardadas para ellos mismos. Miradas fugaces no correspondidas. Suspiros y lamentos que se quedaban en su propia atmosfera y campo de protección invisible.

Naruto sabía que debía disculparse... Sasuke no quería escuchar a Naruto.

La inseguridad y falta de valor en el rubio, era algo que no estaba muy visto por sus amigos y familiares. El Uzumaki siempre se caracterizó por ser impulsivo y de actuar rápido, desgraciadamente era de poco pensar antes de actuar o hablar; y gracias a ello era que ahora se encontraba en una nueva faceta de su joven vida. Experimentando temor a un rechazo, pensando en cómo pedir disculpas, y cuestionándose el significado de una palabra que tanto dolor de cabeza le trajo.

La frialdad e indiferencia de Sasuke, nunca brilló tanto como ahora. Elaborando una doble barrera para impedir a cualquiera acercarse demasiado y meterse en su vida. Nunca le importó nada que no tuviera que ver con él o su familia. Nunca dejó a un particular acercarse, para no arriesgarse a ser víctima de una posible traición o un dolor emocional, que pudiese significar un desbalance en su pacífica y controlada vida. Lástima que bajó la guardia con Naruto Uzumaki.

***

Fin de semana. Un sábado por la tarde en la mansión Namikaze...

Naruto y Karin estaban en la habitación del primero, haciendo los deberes del instituto. La pelirroja obligando a su torpe y holgazán primo, de lo contrario, el rubio no haría tareas y se la pasaría, pues... holgazaneando; en ese punto era peor que Shikamaru.

-¿Ya vamos a terminar?- preguntaba quejoso Naruto, sentado sobre la alfombra al pie de su cama y recargado en ésta.

-Cállate. Tú solo estás esperando, mientras yo investigo- la Uzumaki estaba en el escritorio (que poco usa el rubio para hacer sus deberes), realizando la búsqueda de su tarea en la computadora de su primo.

-¿Te ayudo?

-No, gracias. Eres un desastre para recopilar información de distintas páginas y que resulte algo coherente- Naruto hizo un puchero por lo dicho, pero era cierto, era un desastre para reunir conceptos ya fundamentados, y ordenarlos de manera entendible.

-Esto es muy aburrido... ¿Por qué me obligas?- se quejó de nuevo, recargándose más en la cama y extendiendo sus piernas en piso, mientras jugaba con un bolígrafo en la mano derecha.

-Para empezar, ya es una obligación realizar tus tareas... y para terminar, no quiero que repruebes la primera evaluación del semestre- guardó el documento y lo envió a la impresora -No te quejes. Aparte te estoy ayudando, solo tienes que transcribir la información- dijo mirando a su primo.

La impresora hizo su trabajo, las hojas con la información estaban saliendo una por una, mientras la pelirroja sacaba copias para ella y las ordenaba.

-Listo. Ahora ponte a copiar todo- mandó autoritaria -Tomaré una ducha, y cuando regrese espero que ya hayas avanzado.

-Ya te pareces a mamá.

Aprendiendo a Amar a un DobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora