Capítulo 20. Simplemente aceptarlo

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Aquel mutismo lo estaba desesperando. Si su familia seguía así, seguramente saldría corriendo sin destino fijo, lanzando alaridos de frustración mientras se agarra de las greñas corriendo en círculos. Oh, sí, de verdad podría suceder eso.

Pero la tensión se rompió antes de que su cordura lo hiciera. La estrepitosa risa de Jiraiya opacó el suspiro de resignación que su madre soltaba, mientras su padre solo dejó asomar una suave sonrisa al ver a Kushina resignarse a no ver jamás nietos por parte de su hijo. Tsunade y Kakashi solo siguieron degustando su tacita de té, viéndose y susurrando con la mirada un "Ya era tiempo".

—¡Te lo dije, muchacho! Lo que empieza jugando, termina gustando— y siguió con otra risa, casi irónica, se limpió las lagrimitas y sintiéndose seguro de no haber hecho nada malo, se inclinó hasta Kushina para decirle —Y que conste que no ha sido culpa mía— sonrió abiertamente, esta vez no conseguiría quedar como la mala influencia de Naruto.

Kakashi se fue a acomodar junto a Jiraiya, presintiendo que la pelirroja madre, posiblemente se querría desquitar con él. Pero luego del segundo suspiro de Kushina, la tranquilidad regresó al cuerpo de los más nerviosos, principalmente, Naruto, su madre le estaba sonriendo comprensiva y podría decir que hasta con algo de orgullo.

—Es bueno que nos lo cuentes, cariño... aunque parece que aún no estás seguro— se le acercó y acarició una de las mejillas algo sonrojadas. Sabía que su hijo era de fácil dudar, solía confundirse mucho con asuntos pequeños, pero se debía a que no prestaba la suficiente atención. Se sentiría más tranquila si Naruto no mostrara ese pequeño grano de preocupación y temor que veía en sus ojos azules.

—¿No te molesta? ¿No estás enojada?— miró a cada uno de los presentes —¿Ninguno lo está? ¡¿No van a gritarme cosas feas e hirientes?!— casi sollozó imaginándolo. Él esperaba más sorpresa y desconcierto en los rostros que ahora le mostraban una sonrisita traviesa, o simplemente el gesto indiferente de su padrino, de su padre ya lo esperaba, que estuviera tan tranquilo, pero sí esperaba innumerables quejas de su madre.

—¿Es eso lo que te preocupa?

—Pues... sí. ¿No se les hace... raro?

—¡Para nada! ¿Qué no ves a Kakashi y al viejo verde?— exclamó con humor apuntando a los mencionados, ambos la miraron con cierta ofensa —No vamos a despreciarte, si es eso lo que crees. Si estás seguro de lo que sientes, confío en que tomarás el camino correcto— le sonrió una vez más, besó su frente y le abrazó con fuerza, sintiendo de regreso ese amor que le profesaba a su hijo.

—Gracias...— no pudo decir nada más, se puso sensible inevitablemente. Apenas se daba cuenta, de que, mientras él vaya creciendo, irá conociendo más de su propia familia. Le hizo sonreír el pensar en cuántos otros aspectos esas personas lo sorprenderían.

—Esto se está poniendo muy nostálgico... ¿O solo es idea mía?— a Tsunade le empalagaba ver tanto amor en el aire. Ella ya no podía apapachar a su hijo como Kushina lo hacía con Naruto. Sería raro ver eso.

—La verdad creí que tardarías más en admitir lo que sientes por Sasuke.

El comentario de Karin, hizo que Naruto abriera los ojos de golpe y cayera a toda prisa y sin frenos de esa agradable sensación de confort que le brindaban los brazos de su madre.

—¿Sasuke? ¿Así se llama el chico?

—Es el sobrino menor de Obito— le aclaró Kakashi a Jiraiya.

—Un Uchiha...— vio a su ahijado significativamente —No creo que haga buena combinación contigo— fue sincero con lo que presentía, aunque no conocía al susodicho.

Aprendiendo a Amar a un DobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora