Capítulo 11: Más cerca...

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¿Cuánto se debe conocer a una persona para abrirle paso en tu vida? ¿Cómo es posible permitirle entrar con tanta facilidad? ¿O de dejar que entre de nuevo? Incluso después de los problemas y decepciones que te ha causado ¿Cómo, o por qué razón debes permitirle de nuevo formar parte de tu vida?

La respuesta está en los motivos o razones que te hacen confiar por primera vez, o una vez más.

***

En una semana más de convivencia con el Uchiha, Naruto descubrió que le encanta hacerlo enojar, y hacerlo hablar de más. Descubrió que ese chico de porte frío y elegante, tiene una forma muy sensible para dar concepto a los sentimientos; descubrió que para ser un chico, Sasuke cuenta con la destreza y suspicacia de una chica... y que jamás olvida nada para sacarlo en el momento correcto y recordarle su error.

Naruto descubrió que Sasuke Uchiha no está siempre solo porque quiere... ese pelinegro está solo porque no quiere amistades falsas, porque no quiere tener la atención de personas interesadas. Naruto descubrió que en ese aspecto son iguales, pero que afrontan ese problema de formas distintas.

Listo para salir de su casa y buscar a Sakura, se miró en el espejo y sonrió recordando que Sasuke le enseñó a usar un arma que puede usar perfectamente para saber más de él.

Tomó su móvil, salió despidiéndose de sus padres, de Karin y de su padrino. Quedó de verse con la Haruno en el parque central de la ciudad, consideró no tomarse toda la tarde con ella, pero aun así aprovecharía su tiempo.

***

Situados en la biblioteca, los cuatro inmersos en diferentes acciones. Shisui y Obito revisando estados de cuenta y otros asuntos de su empresa, ambos en el escritorio de la estancia. Itachi con su portátil en sus piernas sobre un cojín, sentado en un sillón cercano a la estantería de libros donde su hermano menor buscaba uno que llamara su atención.

Siendo Uchiha era así como pasaban su tiempo en familia, los mayores trabajando mientras los menores se mantenían cerca haciendo cualquier cosa... un poco trivial ¿No? Pero ciertamente cada uno apreciaba esos momentos, ¿La razón? Sencillo, estando en la misma casa siempre buscaban la compañía de los demás, hace mucho que detestaban estar solos si convivían bajo el mismo techo al mismo tiempo.

Sasuke repasaba con su vista el título de cada libro topándose con lo mismo; los que ya ha leído, los que le perecen aburridos, los que no llaman su atención y los que definitivamente no deberían estar ahí, sino bajo la cama de su tío.

Estando atrás de su hermano se fijó en lo éste hacía. Levantó una ceja escéptico... ¿A ese idiota llamaban prodigio? Vaya estafa.

—¿Estás... jugando, Itachi?— preguntó incrédulo.

—Sí...

El sonidito de esa cosa resonaba en su cabeza provocándole irritación.

—¿Pacman?

—Ajá...

Un tic floreció en su fina ceja al ver como esa bola amarilla avanzaba comiéndose los puntitos en su camino. Itachi no parpadeaba y movía sus dedos sobre las teclas con habilidad. Los otros dos presentes en el lugar, seguían en su mundo discutiendo asuntos del trabajo.

Elevó sus manos también victimas de ese maldito tic, las acercó a la cabeza de su hermano, y cuando pacman estaba por comerse una pastilla de poder, a su usuario le cubrieron los ojos causando la muerte del pequeño tragón amarillo al ser tocado por un fantasma.

—Perdí...— murmuró sin creérselo, aún con los ojos cubiertos por las manos de Sasuke, quien miraba con absoluta calma la pantalla del ordenador.

Aprendiendo a Amar a un DobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora