Capítulo 26. Hiel sobre miel

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El medidor con la aguja dando a lo máximo, casi rebasando el límite y con el peligro de reventar el motor. Poco le importó, usó lo último que tenia de nitro y forzó la quinta velocidad a darlo todo para llegar a la meta.

—¡Nooooo!

De nada le sirvió, su llamativo Célica naranja acabó en tercer lugar.

—Oye... ¿Qué fue eso?— la voz incrédula de Sasuke a través de su móvil en altavoz también delataba su inconformidad con el segundo lugar.

—No debimos dejar que Karin se nos uniera— se lamentó, de las últimas cuatro rondas apenas ganó una él, una Sasuke, y luego la racha competitiva se les fue cuando Karin se unió al juego.

Desde ahí, ambos podían escuchar la risa malvada de Karin desde su cuarto, aunque la chica solo estuviera carcajeándose por hacerlos ver las luces traseras de su Civic modificado.

—¿Cómo puede ser tan buena? ¿O es que nosotros somos muy malos?— se recargó con pereza en la silla, empujándola un poco hacia atrás. La pantalla de su computadora aun mostraba la tabla de posiciones de la carrera

—Solo es un juego, suenas como si fuera algo muy grave perder contra ella.

—Una mujer no debería ser así de buena en juegos de carreras.

—Machista...

—Jajaja ya me lo habían dicho, y no sé bien lo que significa— se pregunta lo que estará haciendo Sasuke al lado de esa línea —¿Jugamos otra ronda? Pero sin Karin, obvio.

—Ya es tarde, deberíamos irnos a dormir...

—Por favor...— rogó con las manos juntas viendo el celular a un lado de la PC, se sintió tonto de inmediato.

—No, vete a dormir. Mañana tenemos clases.

—Bien— bufó aburrido, él no tiene sueño y Sasuke lo está mandando a dormir —Buenas noches...— sonrió de lado pensando en algo —Sueña conmigo.

—...Eso sería una pesadilla.

—¿Podrías ser más amable?

—...

—Sasuke, no seas cruel— escuchó un suspiro del otro lado y unos segundos de silencio antes de escuchar su voz de nuevo.

—Duerme bien, Naruto.

—Ahora si lo haré— el pitido lo hizo sonreír, fue como si le hubiera dicho a Sasuke que se le quemaban los frijoles —Nos vemos mañana— conseguir algo de Sasuke lo hace feliz, aunque sea algo pequeño, cada palabra y gesto, para él tiene valor.

Cerró el juego, la barra de tareas del monitor le estaba recordando que tenía varias ventanas abiertas, las cerró una a una hasta llegar al navegador, recordó que antes de empezar a jugar había algo muy poco sano rodando en su cabeza.

Se tentó de nuevo. El monstruo del saber que resulta ser google estaba disponible para cualquier búsqueda. Miró la hora, ya pasaban de las diez. Se mordió el labio inferior tratando de no pensar en que podría estar a punto de hacer algo malo.

Al diablo. Fue a apagar la luz de su cuarto y volvió a la computadora. Karin no piensa en que hace algo malo cuando usa la red para ver perversiones. Así que él tampoco hará nada malo.

Tiene novio, es un adolescente y no es de piedra. Por lo tanto, tiene que informarse sobre el tema.

***

—¡Peligro! ¡Ay!— Kakashi no es muy amoroso cuando lo despiertan —¡Oye!— se quejó por el codazo que se tragaron sus costillas desnudas.

—Te mataré si vuelves a gritar— sí, está de mal humor porque Obito se puso demasiado juguetón y no pudo con su emoción. Ahora sus caderas recienten su debilidad ante el placer —O mejor aún, no te dejaré quedarte de nuevo.

Aprendiendo a Amar a un DobeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora