Aprendiendo a Amar a un Dobe

Capítulo 10: Las últimas dudas...

—Sasuke...

—...

—Teme...

—...

—Sasuke-teme...

—...

—¡Sasu-chan!

—Dilo de nuevo y te arranco la lengua.

Ya tenían tres días con lo mismo, y Sasuke se sorprendía por su paciencia para no asesinar al rubio que no dejaba de seguirlo a todos lados, pidiéndole un favor que no quería conceder tal vez por egoísmo.

—¡Oh! Reaccionaste.

—Tsk. Ya déjame en paz.

Las clases acabaron y los alumnos aún merodeaban por el instituto mezclándose con los de la jornada contraria. Mientras estos dos caminaban a la salida, donde Sasuke esperaba encontrar a su tío intentando colarse dentro del colegio, y Naruto se iría caminando a paso lento con su prima Karin, quien los seguía de lejitos para no entrometerse en su charla.

—No te estoy pidiendo que bailes la macarena en público. Solo ayúdame a conseguir una cita con ella.

—¿Quieres que se lo pida por ti?

—¿Harías eso?— preguntó con ojitos brillosos.

—Nunca— todavía no se explicaba cómo era posible tanta insistencia. Y tampoco se podía explicar cómo es que permitía tener al lado a ese idiota.

—Sé que ella no te agrada, pero la cita es mía, no tuya.

—Entonces deja de fastidiarme y ve a pedírselo— empezaba a molestarse.

—¡Dime cómo lo hago!

—¿Pues de qué me ves cara?... Yo que sé ¿Por qué me preguntas a mí?

Esa era una excelente pregunta, que ni el mismo Naruto se había planteado. Simplemente se dejó guiar por su instinto retorcido, que le decía que ese chico amargado le podía ayudar a conseguir su cita, después de todo era asediado por casi todas las chicas.

—No lo sé...— Sasuke lo miró con ganas de aventarle lo primero que alcanzaran sus manos.

—Yo sí sé. Solo quieres seguir jodiendo mi existencia— ya se estaba acostumbrando a decir más de 5 palabras seguidas y también a soltarse más en cuanto a sus incomodidades sin importarle nada.

—No sé por qué te desagrada tanto Sakura.

—Y yo no sé por qué te agrada tanto— dijo con fastidio.

—Eso es lo que quiero saber, por eso necesito una cita con ella— tras oír eso, Sasuke se detuvo y observó como Naruto le sonreía despreocupado —¿Vas a ayudarme?

—No.

—¡¿Qué?! ¿Por qué no?

—No tengo porque hacerlo. Además sigo molesto— Naruto lo miró raro después de interpretar lo último dicho —¿Qué?

—Acabas de sonar como una chica enojada.

—...— venita en la frente de Sasuke.

—¡Auch! ¡Oye, eso duele!— golpe para Naruto por bocazas.

—¡Deja de compararme con una chica!

—¡Y yo que culpa tengo de que te comportes como una!

—¡Ya cállate!

—¡¿Vas a ayudarme?!

—¡No!

—Agh...

—¡Sasuke!— la voz de un tercero llamó la atención de ambos.