—¿Ya terminaste?
—Sí, ya está listo— se levantó de la silla y dejó a Itachi verificar lo que acababa de hacer —¿No te parece demasiado arriesgado?— echó un vistazo más a la lista de códigos que él mismo diseñó, aun siendo su propio trabajo tenía dudas sobre cómo podría afectar SARI al sistema de información de la empresa.
—No, tengo los códigos para recuperar la información en caso de que todo se bloquee— miró a Kakashi, intentando adivinar cuál era su preocupación —Es tu trabajo, ¿Por qué dudas?
—Porque es un trabajo muy bien hecho. Si alguien penetra la red desde un terminal interno o externo a la empresa, SARI bloqueará en secuencia todas las computadoras conectadas para evitar la extracción de información preciada...— le explicó de nuevo, Itachi se estaba tomando con mucha calma ese asunto —Todos los procesos que se ejecuten en ese momento quedaran invalidados, y tendrás que reiniciar el sistema de la compañía de forma manual con esos códigos.
—Ya sé todo eso...
—¿Podrías mostrar más preocupación por el hecho de que tendrán que cerrar operaciones hasta que el sistema se reinicie?
—Cálmate, ahora sé porque mi tío no quería decirte nada— Kakashi torció el gesto por ese recordatorio —Es un hecho que tendremos que cerrar todo cuando las alarmas se disparen. No tiene caso preocuparme antes de tiempo.
Pues él sí se estaba preocupando, mantener observados a Obito y sus sobrinos no le ha dejado una muy buena impresión, y la parte de guardar información importante para cada uno tampoco lo tenía muy conforme.
—Obito no sabe de esta función, ¿Verdad?
—Shisui tampoco sabe, no del todo.
Kakashi votó un suspiro pesado, bajo la mirada de Itachi ya sabía que estaba enterado de su inconformidad.
—Me gusta tu oficina— sonrió para evitar que le dijera otra vez y en vano, que no se preocupara. Itachi también sonrió sabiendo de antemano que ese hombre trataba de no verse tan pesimista —Bueno, no tengo nada más que hacer aquí— caminó hasta la puerta.
—Tío Obito hará un drama cuando te despidas.
Kakashi se detuvo, se le olvidó que debía ir por sus cosas a la oficina principal, y también despedirse de su problemática pareja.
—¿De casualidad tienes una soga por aquí?— por la risa de Itachi, supo que no, no tenía una soga —Bueno... nos vemos.
Salió pensando en una manera de mantener a Obito en esa oficina luego de que él le dijera que ya debía irse.
***
Una tranquila tarde leyendo un libro sin título ni portada que le obligó a Jiraiya a prestarle, un libro inédito que el autor escribió por gusto y que nunca publicaría. Kushina disfrutaba su lectura con una taza de té tibio en su desolada y amplia sala, sin perturbarse por los gritos que sus niños provocaban en la segunda planta.
Sonríe traviesa cuando entre líneas encuentra el humor picante del descarado padrino de su hijo, sorbe su té en medio de una sonrisa cuando repasa un párrafo de ricas metáforas y sinónimos decentes.
Lo reconoce, el viejo descarado tiene una excelente labia y no todo en su mente está tan sucio como lo que dice en ocasiones. Lo decidió, ni aun cuando termine de leer ese libro se lo devolverá.
—¡Ya llegué!— Minato anuncia su llegada, y como si supiera donde encontrarla, va hacia la sala a saludarla con beso en la mejilla mientras ella sigue metida en su lectura —¿Qué lees?— le pregunta curioso al verla riendo discreta. Escucha los gritos de arriba y sonríe por esa calidez familiar que solo en su casa encuentra —Cariño...
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Aprendiendo a Amar a un Dobe
FanfictionTodo empieza por un aparentemente pequeño cambio en el sistema estudiantil del Instituto, lo que hará que la vida de nuestros personajes se cruce y empiecen una nueva aventura, donde tendrán nuevas experiencias y sentimientos encontrados, peleas, di...